El escritor kirchnerista admitió que la movilización en homenaje a Alberto Nisman tendrá una gran adhesión, pero cuestionó la verdadera motivación del acto. «El golpe está en marcha», sentenció.
La denominada Marcha del Silencio que se realizará el próximo miércoles se convirtió en uno de los principales temas de debate político; la discusión entre oficialistas y opositores gira en torno a las razones que impulsaron el llamado a la movilización y el contenido del mensaje que pretenden dar sus promotores.
La mirada de Mempo Giardinelli sobre este tema es contundente. «El golpe de Estado está en marcha», consideró el autor de El décimo Infierno y El Castigo de Dios, entre otras obras destacadas.
En la habitual columna que escribe para el diario Página/12, titulada «En Carnaval, el Circo y la Constitución», el prestigioso escritor afín al kirchnerismo cuestionó que sea convocada por «un minúsculo grupo de fiscales, desprestigiados casi todos, algunos con probados lazos con la dictadura y uno con el narcopoder».
De todos modos admitió que «todo indica que la anunciada marcha del 18F será numerosa, porque recogerá descontentos de todo tipo y en particular de las clases medias porteñas».
«Sus furias tienen que ver con las frustraciones que les producen algunas conquistas sociales y laborales logradas en estos años. De hecho, se fastidian ante cualquier cambio», señaló al evaluar las razones que impulsarán a ese sector social a marchar desde el Congreso hacia la Plaza de Mayo.
«Les molesta –estéticamente– la inclusión social y la tendencia al igualitarismo que es típica de todo gobierno peronista», diagnosticó el autor de los libros Santo Oficio de la Memoria, El País de las Maravillas y Final de novela en Patagonia. «Por eso en la convocatoria al 18F confluirán protestas genuinas con intereses perversos», evaluó.
El cierre de su texto es un resumen de lo expresado anteriormente, con el agregado de una mirada más federal que aporta lo que considera un dato positivo: «Así vive hoy la república estos carnavales en los que, patéticamente, el circo de los desestabilizadores continúa. Por fortuna en el interior, en la Argentina profunda, todo es diferente y para nada el país real comparte la locura inducida que se vive en la Ciudad de Buenos Aires».
Fuente: Infobae
Totalmente de acuerdo con Mempo