Orgullo. Por Patricia Bullrich

Siento un enorme orgullo. Orgullo de haber marchado, empapada, bajo la lluvia, rodeada de ciudadanos ávidos de justicia, llenos de esperanza y de angustia. Esperanza de pensar que si tanta gente sale a la calle a homenajear a un Fiscal que se le animó al poder, es que no todo está perdido. Angustia por la muerte, la idea que subyace en la gente de que en la Argentina repetimos la historia, una historia plagada de violencia y de odio.

Fue una marcha tan espontánea que pocos hicieron todo el trayecto en silencio. Cada tanto se escuchaba el grito fuerte de justicia, y de golpe, el himno nacional, un himno que nunca se llegaba a cantar completo, porque partía desde algún lugar y llegaba a medias.

La marcha, distinta a otras de las que participé, no se centró en el Gobierno, sino en el futuro. La gente ya no esperaba una respuesta del oficialismo. Me lo comentaron cientos en las tres horas y media que camine entre el Congreso y fiscalía en Plaza de Mayo.

«Queremos que ustedes nos garanticen lo que este gobierno no ha querido garantizar: Justicia independiente, República, división de poderes, libertad de expresión». En síntesis, un diseño institucional que está descripto en la Constitución.

Orgullosa de sentir que no hablarle al poder, no centrar la marcha en Cristina, es un mensaje muy fuerte que la gente se da a sí misma. No miramos a otro para que resuelva, nos miramos a nosotros mismos y sentimos que tenemos el poder del cambio en nuestras manos.

Una señora, mientras caminábamos, me dijo: «¿Y qué hacemos para que la situación cambie?». La agarré del hombro, la hice mirar a su alrededor y le dije: «¿le parece poco lo que está haciendo? En la calle, empapada, caminando por la justicia y la verdad?». Tiene razón, me dijo, recién me doy cuenta qué estoy haciendo.

Estoy orgullosa de sentirme parte de un cambio. Orgullosa, humildemente, de sentir que el trabajo realizado junto a mi equipo, lo reconoció la sociedad en la calle.

Orgullosa de una familia que acompaña a su padre, a su hijo, a sus afectos, más allá de las presiones.

Orgullosa de los Fiscales que despidieron al hombre que ejerció su profesión con valentía y responsabilidad, sin temor a represalias, sin amedrentarse frente a los insultos.

Orgullosa de ser una mas de medio millón de argentinos que caminamos en honor a Alberto Nisman y comprometida para que esta sea la última vez que debamos marchar por la muerte de un fiscal de la Nación.

Fuente: Infobae

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