En el marco de la inauguración de un monumento en honor de las víctimas del Holocausto en su principado, el pasado 27 de agosto, el Príncipe Alberto II de Mónaco ofreció disculpas por el papel que su país desempeñó en la deportación de judíos hacia campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
La fecha de inauguración de este memorial, en el que figuran todos los nombres de los judíos deportados desde Mónaco, coincide con la efeméride de una de las mayores detenciones de judíos en el Principado durante el Holocausto.
Ante decenas de asistentes – entre los que se encontraban el rabino principal de Mónaco, Isaac Amsellem y los reconocidos cazadores de nazis e historiadores del Holocausto, Serge y Beate Klarsfeld – el Príncipe aseguró que “decirlo este día, es reconocer el hecho y ante los presentes, es también pedir perdón”.
En este sentido, señaló que “actuamos terriblemente al entregar hombres, mujeres y niños que habían buscado con nosotros refugio ante la persecución sufrida por ellos en Francia… no los protegimos, era nuestra responsabilidad y no lo hicimos, por eso hoy nos disculpamos” (sic).
Se trata del primer reconocimiento público por parte de Mónaco respecto a su responsabilidad por el sufrimiento judío durante la Segunda Guerra Mundial.
Es importante recordar que al inicio de la Guerra, Mónaco era oficialmente una nación neutral pero más adelante fue ocupada por las fuerza italianas y luego las alemanas. A pesar de haber hecho algunos esfuerzos por proteger a sus judíos, el gobierno fue gradualmente cediendo ante las presiones de las autoridades bajo control nazi. Cerca de un centenar de personas fueron deportadas desde el Principado hacia campos de concentración nazis y sólo nueve de ellas sobrevivieron
Fuente: Enlace Judìo