Hambre, miedo y oscuridad: los duros relatos de los secuestrados por Hamas que fueron liberados

Hambre, miedo y oscuridad: los duros relatos de los secuestrados por Hamas que fueron liberados
Hambre, miedo y oscuridad: los duros relatos de los secuestrados por Hamas que fueron liberados

Para dormir, una silla de plástico. Para comer, pan y arroz. Una espera de varias horas para poder ir al baño. A medida que los rehenes regresan a Israel luego de siete semanas en cautiverio de Hamas, han comenzado a salir a la luz detalles sobre las condiciones de su confinamiento.

Los rehenes puestos en libertad en virtud a un acuerdo de cese del fuego durante los últimos tres días, en buena medida se han mantenido lejos de la luz pública y la mayoría sigue en hospitales en distintos puntos del país.

Casi dos meses después que los terroristas de Hamas los llevaron por la fuerza a Gaza durante una sangrienta incursión a Israel que dejó más de 1400 muertos, la mayoría de los rehenes luce en estado físico estable.

La información sobre las condiciones de su cautiverio ha estado sumamente controlada, pero familiares de los rehenes liberados han empezado a compartir algunos detalles sobre las experiencias de sus seres queridos.

Merav Raviv, cuyos tres familiares fueron liberados por Hamas el viernes, dijo que recibían alimento de forma irregular y que principalmente comieron arroz y pan. Señaló que su prima y su tía, Keren y Ruth Munder, perdieron cada una alrededor de siete kilos en 50 días.

Raviv dijo que sus familiares liberados relataron que tuvieron que dormir en sillas de plástico acomodadas en una habitación que lucía como una recepción. Detalló que en ocasiones tenían que esperar varias horas para poder ir al baño.

Ruth Munder, una rehén israelí liberada, poco después de su llegada a Israel (IDF vía AP)

Adva Adar, nieta de Yaffa Adar —una rehén liberada de 85 años— dijo que su abuela también había perdido peso.

“Contaba los días de su cautiverio”, relató Adar. “Regresó y dijo: ‘sé que he estado allá por 50 días’”.

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Adar explicó que su abuela fue tomada como rehén convencida de que sus familiares estaban muertos, pero después se enteró que habían sobrevivido. De cualquier forma, su liberación fue agridulce: también supo que su casa había sido saqueada por los terroristas.

“Para una mujer de 85 años, por lo general tienes la casa en que criaste a tus hijos, tienes tus recuerdos, tus álbumes de fotografías, tu ropa”, comentó Adar. “Ella no tiene nada, y a su edad necesita empezar de cero. Contó que eso le resulta muy difícil”.

Hay indicios de que los rehenes liberados más recientemente también estuvieron retenidos bajo tierra. Eyal Nouri, sobrino de Adina Moshe, de 72 años y que fue liberada el viernes, dijo que su tía “tuvo que adaptarse a la luz del sol” debido a que pasó varias semanas en la oscuridad.

“Estaba en una oscuridad absoluta”, comentó Nouri. “Caminaba viendo al suelo porque estaba en un túnel. No estaba acostumbrada a la luz del día. Y durante su cautiverio, estuvo desconectada de todo el mundo exterior”.

Nouri dijo que Moshe no supo que sería liberada sino hasta el último momento.

“Hasta que vio a la Cruz Roja”, relató. “Ese fue el momento en que se dio cuenta que estas horrendas siete semanas llegaban a su fin”.

Cuando salió, se enteró de la noticia de que su esposo había sido asesinado por los milicianos y que la familia de su hijo había sobrevivido de milagro.

Los médicos le advirtieron del alto costo psicológico de su cautiverio. Israel ha puesto a disposición terapeutas y otras formas de apoyo para todos los que han sido liberados.

Pero la mayoría de los rehenes liberados parece estar en buen estado físico, capaz de caminar y hablar con normalidad.

Pero al menos dos de ellos necesitaban de mayor atención médica. Una de las rehenes liberadas el domingo, Alma Abraham, de 84 años, fue trasladada en estado crítico al Centro Médico Soroka de Israel, en la ciudad de Beerseba.

El director del hospital dijo que la mujer tenía un padecimiento previo que no había sido atendido de forma adecuada durante su cautiverio. Otra joven rehén apareció en muletas durante un video que Hamás dio a conocer el sábado.

Yair Rotem, cuya sobrina de 12 años Hila Rotem-Shoshanni fue liberada el domingo, dijo que le tuvo que recordar frecuentemente que ya no tenía que susurrar.

“Siempre les dijeron que hablaran en voz baja y se mantuvieran en silencio, así que le dije una y otra vez que podía alzar la voz”, contó Rotem.

Vía Infobae

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