Túpac Amaru II fue signo de rebelión y lucha por la autonomía de los pueblos incas que se sublevaron contra los españoles del Virreinato del Río de la Plata por las injusticias padecidas por los indígenas de manos de sus conquistadores. Esa sublevación fue aplastada y la condena que sufrió él, su mujer, que era su consejera y sus hijos son semejantes a la barbarie cometida por Hamás en Israel el 7/10. Nada nuevo bajo el sol porque las cometidas y perpetradas a través de la Historia siempre fueron la privación de la libertad, la tortura y la muerte del enemigo para poder dominar.
El ejército español avanzando capturó a Túpac Amaru en 1781, nacido como José Noguera Condoranqui, en 1738, casado con Micaela Bustos con quien tuvo tres hijos. Fue sometido a juicio en Cuzco el 21 de septiembre del mismo año buscando el Virrey Francisco Álvarez de Toledo y su corte un castigo para amedrentar a los enemigos de la Corona. Fue condenado a muerte ante el pueblo en la plaza mayor y bautizado por el obispo Agustín de Coruña, como otra demostración más de la complicidad inquisitorial de la Iglesia en los métodos para acabar con los rebeldes. El 17 de mayo de 1781 se cometió uno de las más atroces masacres de la historia peruana, en el Cusco. El 17 de mayo de 1781, en la Plaza de Armas del Cusco, a Túpac Amaru los verdugos ante la horca estrangularon a Micaela Bastidas Puyacahua y él fue descuartizado tirado por cuatro caballos y decapitado luego de presenciar el exterminio de su familia. Pero ella aunque trató de luchar contra sus verdugos que le cortaron la lengua y la golpearon hasta la muerte. Lo mismo luego a su marido. El cuerpo de Micaela Bastidas fue también destrozado y cortada su cabeza. Las partes fueron distribuidas en diferentes pueblos como escarmiento público. La ceremonia de terminar con todos ellos antes que con él fue ahorcar a sus hijos Mariano, Micaela, Tomasa la cacica de Acos y otros partidarios, españoles, mestizos, e indios.
Cuentan que después por un largo rato lo estuvieron tironeando, de modo que lo tenían en el aire, en un estado que parecía una araña pero los intentos fueron infructuosos, El visitador español Juan Antonio Areche ordenó decapitarlo. Su cabeza fue expuesta en la plaza durante dos días ante la brutalidad ejercida por mentes alucinadas por el mal en su ejecución. Nada nuevo bajo el sol.
Este recuerdo es para avivar la memoria de los crímenes cometidos el 7/10 para matar al otro por la discriminación interminable sumada el terrorismo islámico desde hace décadas que no es nada nuevo bajo el sol y la barbarie sigue vigente.
El asesinato de los rehenes capturados el 7/10 en Israel, esclavizados en túneles, sometidos y despreciados por los que los cuidaban fueron criminales no mejores que los que mataron a Tupac Amaru II y a su familia y a millones de seres que perdieron la vida en manos de fanáticos, de los que entraron en la versión moderna de obediencia debida. Los expertos en música dirían que son variaciones sobre un mismo tema.
7/10 fue igual a salvajismo, ferocidad, crueldad, fiereza y brutalidad imperdonable nada nuevo bajo el sol pero potenciado por la droga del antisemitismo y hacia Occidente.
Los seis fusilados a 20 metros de profundidad, en Rafah , por sus guardias siguieron la orden que era mejor un judío muerto que vivo, orden que recibieron de sus jerarcas. ¡Oh mundo del olvido, de la ignorancia, del desprecio a la vida y de alimentar la cultura de la muerte! La pregunta es si ya no hay demasiada evidencia de una religión homicida para condenar a los líderes nefastos de semejante ideología que quiere destruir a Israel y que perturba el orden universal. Se trata de crímenes no de una guerra. El terrorismo islámico sigue atentando, matando, destruyendo y coartando la libertad y la democracia.
¡Nada nuevo bajo el sol, la barbarie sigue vigente.
Nada nuevo bajo el sol.
La cabeza de Túpac Amaru fue expuesta en la plaza durante dos días, como advertencia a otros posibles rebeldes. No obstante, la rapidez y brutalidad de la ejecución generaron un ambiente de rechazo hacia el virrey Toledo.
Túpac Amaru II, heredero de la rebelión
Túpac Amaru se convirtió en el último soberano inca no solo porque tras su muerte se anuló la resistencia indígena, sino también porque no dejó hijos varones.
Sin embargo, dejó dos hijas, según recoge la Real Academia de la Historia. Una de ellas, Juana Pilco-Huaco, se casó con Diego Felipe Condorcanqui, cacique de Surimaná. De esta unión, indica el archivo, nació Blas Condorcanqui, abuelo de José Gabriel Condorcanqui, quien adopta el nombre de Túpac Amaru II y se subleva contra el yugo español en 1780.
Al igual que su tatarabuelo, Túpac Amaru II fue ejecutado por los militares españoles en la plaza del Cusco.
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