En una declaración que tiene algo de sincericidio y también otro tanto de autojustificación, el canciller Héctor Timerman reconoció esta semana que Irán no tiene ningún interés en avanzar en la ejecución del pacto que firmó con nuestro país vinculado a la causa AMIA. A su vez consideró que el memorándum es un paso adelante ya que, según él, a partir del acuerdo Irán tiene una deuda con nuestro país ya que tenemos un pagaré firmado por ellos, que es mejor que no tener nada.
Ese razonamiento resulta curioso. Para el canciller es mejor que nada tener un pagaré de quien nunca lo va a pagar, como si eso sirviera para algo. Lo que Timerman dijo sería como si el gobierno de Estados Unidos en la época de la Ley Seca hubiese firmado un acuerdo con Al Capone para combatir a la mafia y luego se hubiera lamentado de su inutilidad culpando a Al Capone por no dar ese combate.
Hubiese sido mucho mejor que el canciller hubiera reconocido que firmar ese pacto fue un error estratégico, político y jurídico de nuestro gobierno y aconsejar que se ponga en marcha el procedimiento para derogarlo, cosa que es imprescindible.
Muchos familiares de las víctimas sostuvimos siempre que dicho memorándum es pobre; que tiene profundas inconsistencias, omisiones, inexactitudes y sobre todo violaciones a la ley argentina y que no es el único camino para destrabar una investigación que no puede avanzar mientras no declaren los iraníes imputados y con captura internacional. Dijimos claramente que si nuestro país hubiese denunciado a Irán ante las Naciones Unidas como país sospechado de haber intervenido en el atentado a la AMIA, habría activado la intervención de esa organización y se habría evitado firmar ese pacto con un país acusado de promover, financiar y apoyar la ejecución de atentados terroristas.
Esta claro que a Irán no le importa ni le importó nunca colaborar con nuestro país para que se sepa la verdad y su único objetivo f ue levantar las alertas rojas y que, al no lograrlo por la firme decisión de Interpol y no del gobierno argentino, perdió todo interés en poner en funcionamiento el pacto.
Por otra parte, el canciller dijo también que hay mucho interés en politizar la causa y manifestó que seria bueno no usar la causa AMIA como una herramienta política para los fines propios de algunos políticos. ¿Quién puede estar en desacuerdo con eso? Esa afirmación vale para todos los políticos y para usted también. Asumir que la firma del memorándum fue un error de magnitud de la diplomacia de nuestro país y promover la derogación inmediata del mismo va a ser una decisión valiente que la Presidenta debería asumir y sería aplaudida por la inmensa mayoría del pueblo argentino y sus instituciones. Cristina Kirchner no debería dejar de hacerlo. (Clarín)
Por Luis Czyzewski, padre de Paola quien falleció en el atentado contra la AMIA en 1994.