Ni bien se recibió en la UNCuyo, en 1973 partió a Israel. Estuvo en la guerra de Yom Kippur, la que le cambió su vida profesional. Hoy es jefe de un servicio de emergencias.
La temprana decisión de vivir bajo los preceptos políticos, religiosos y culturales del sionismo hizo que Mario Sztern viajara muy joven a Israel, tras recibirse de médico en la UNCuyo. El título aún tenía la tinta fresca cuando embarcó en Buenos Aires y partió por mar a la lejana Tel Aviv. Corría 1973 y tenía 23 años.
De aquel momento en que emigró voluntariamente y sin ningún tipo de presión han transcurrido 42 años. En el medio hay una historia de vida y realización profesional.
“Yo no estaba integrado a la colectividad judía de Mendoza. Al contrario, todas mis amistades estaban por afuera de esa comunidad, pero me sentí un sionista convencido y, al terminar sexto año, decidí cumplir mi ideal, cosa que asombró a muchos”, explica.
Apenas arribado a la tierra de sus antepasados comenzó a estudiar hebreo (“una lengua difícil”, aclara). En junio de 1973 empezó a cursar el internado y en octubre, casi en simultáneo con su llegada, estalló la guerra árabe-israelí (Yom Kippur).
“Quedé en el hospital donde realizaba el internado casi solo y, a pesar de eso, o quizás por eso, mi autoestima creció. Los médicos israelíes fueron movilizados y nos quedamos solamente los profesionales grandes en edad, los voluntarios que llegaron del exterior y yo. Recibíamos muchos heridos. Ocupé una pieza del hospital y allí dormí por lo menos un mes y medio. Por la mañana ayudaba a operar.
Luego hacía ronda de control y un día por medio me tocaba estar de guardia. Este cuadro de situación se prolongó por 3 meses hasta que empezaron a volver los médicos del frente. Fue una gran experiencia que me llenó de seguridad para el resto de mi vida”.
Cuando terminó el conflicto armado y su entrenamiento en el hospital, se alistó en el Ejército de Israel (llegó al grado de teniente coronel), dando inicio “a la mejor etapa de mi vida personal y profesional”. Conoció entonces a su mujer, Lea Dayagui (visitadora social, madre de sus 3 hijos).
Los siguientes pasos fueron una especialización en Medicina Interna y un viaje para adquirir conocimientos a EEUU, donde estuvo 2 años. Al volver entró a formar parte del Beilinson Hospital, en la ciudad de Petak Tikva. Allí fue subjefe del servicio de Clínica Médica y más tarde accedió al cargo de subjefe del hospital.
A los pocos años, su temperamento latino lo llevó a hacer otra especialidad con mucha adrenalina, la de emergencias (Emergentología), ganando posteriormente un concurso para ser jefe del Servicio de Emergencias del Centro Médico Meir de la ciudad de Kfar Saba, en el centro de Israel, a 40 minutos en auto de Tel Aviv.
Oriundo de Guaymallén, reconoce que extraña a Mendoza, en especial los paisajes, las acequias y los amigos que dejó. “He vuelto cuatro veces y voy a seguir yendo cuando pueda pero no definitivamente, ya que toda mi familia (madre, hermanos, hijos) está acá. Son visitas para recordar y respirar el aire de mi casa y mi barrio, frente a la plaza Independencia. Tengo gratos recuerdos de esa época y mantengo contactos con algunos compañeros del ciclo medio. Por eso, cuando me preguntan de dónde soy, contesto de ‘La república de Cuyo’”.
En el paso por la UNCuyo mantuvo grandes vínculos, especialmente con Félix Nallim, geriatra y gerontólogo; el cardiólogo Alberto Retamales y varios muchachos más, con los que hacían caminatas por la montaña.
Sobre su elección por la medicina, respondió: “Supongo porque en mi familia había médicos (Gregorio Gordon y Oscar Sztern, mis tíos).
Además, al lado de casa, en la calle Mitre, vivía el eminente pediatra Humberto J. Notti, al que llamaba ‘Tata’. Yo era amigo desde los 3 años de su hijo menor, Alejandro, quien falleció en 1992. Además, me había propuesto ayudar a la gente y la atención del enfermo era y es un buen camino. Otra influencia más surgió del hecho de que mi padre era farmacéutico (farmacia Independencia, que existe en la actualidad)”.
Especializado en Medicina Interna y Medicina de Emergencia, ambas en Israel, Mario tiene un master en Dirección de Hospitales. El año que viene planea pisar suelo mendocino otra vez para asistir a un congreso de medicina de emergencia que se hará en nuestra provincia.
Fuente: Los Andes