Patricia Kahane: «La solidaridad se aprende ejerciéndola, no declamándola»

La directora ejecutiva de la Fundación Tzedaká, Patricia Kahane, dialogó en exclusiva con la CADENA JUDÍA DE INFORMACIÓN VIS A VIS acerca del Día Nacional de la Solidaridad, instaurado por el nacimiento de la Madre Teresa de Calcuta que cumpliría 105 años. En ese sentido, remarcó que el ciudadano no tiene incorporado en su vida cotidiana el hecho de ser solidario, pero que pese a esto, la solidaridad está más presente que antes.

– ¿Por qué es importante recordar esta fecha?

– En una sociedad que desea ser cada vez más democrática, inclusiva y más pluralista, todas estas palabras son familia junto con la solidaridad. Creo que una sociedad que va hacia ese camino de construcción de una ciudadanía más fortalecida incluye, necesariamente, la solidaridad como uno de los ingredientes principales. Así como celebramos tantas cosas, que haya un día de la solidaridad tiene que ver con darle una presencia material en el calendario de aquellas cosas que recordamos cada año. Además, tiene que ver con cuáles son las celebraciones a las que uno le quiere dar cabida en el calendario anual, que es un modo de subrayar la relevancia que le debe dar la sociedad.

– ¿El ciudadano común tiene incorporado el acto de ser solidario para con el prójimo?

– Falta mucho por hacer, pero estamos muchísimo mejor que hace un par de años. En este sentido hay un aprendizaje que está en pleno proceso y creciendo. De hecho, hay algunos estudios e indicadores que muestran que la sociedad argentina va aprendiendo en relación a este tema. Pero de ninguna manera está instalado en la conciencia general que hoy es el Día Nacional de la Solidaridad. Tampoco creo que las prácticas solidarias estén incorporadas habitualmente en la vida de la mayoría de las personas. Aún así, estamos mejorando aunque hay mucho camino por recorrer.

– ¿Cómo debe el ciudadano incorporar estas prácticas solidarias?

– Como toda construcción cultural, entendiendo la cultura como el conjunto de creencias, de hechos, acciones y conductas, éstas cosas se incorporan en la práctica por una reiteración positiva de ciertas acciones. La solidaridad se aprende no declamándola sino ejerciéndola. En la medida que se van instalando buenas prácticas que se repiten y la gente ve sus resultados y se siente orgulloso de formar parte, y que no es solamente la reacción ante una emergencia, no porque este acto no sea relevante, sino que lo importante es la incorporación de prácticas solidarias en la cuestión más cotidiana. Esto se educa, como todos los temas, desde que uno es muy chiquito. A mi me parece que la enseñanza de la solidaridad es algo que tiene que estar incluido como uno de los ejes principales de la educación que se brinda en todos los niveles educativos. En ese sentido, es comparable con la conciencia ecológica, aunque falta mucho, pero lo cierto es que hoy un chico de ocho años te diga «no tires el papel del caramelo al piso» a que te lo subraye una persona de cincuenta. Eso tiene que ver con que es una práctica que lentamente se va incluyendo en los ambientes educativos. Hay que enseñar en un hacer desde el inicio, y seguramente si seguimos este camino vamos a tener una sociedad más solidaria, no solamente en las catástrofes.

– Por último, ¿van a realizar alguna actividad especial por este día?

– Nosotros en el día de hoy en particular no vamos a realizar ninguna actividad, más que continuar haciendo lo que realizamos cotidianamente que es seguir atendiendo a las personas y a las familias con quienes habitualmente trabajamos en los distintos programas: educación, vivienda, salud, banco de medicamentos y vejez.  Hace un rato hemos tenido una reunión del Consejo de Administración y mencionamos la fecha, la cual le daba un marco más que adecuado a esa reunión. No hay mejor modo de celebrar la solidaridad que seguir asistiendo y haciendo lo que cotidianamente hacemos.

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