El dibujante y humorista sacó a la luz el libro «Judíos», en el que apela a la ironía y el humor negro para reflejar el sufrimiento y las atrocidades que sufrió su pueblo a lo largo de la historia. «Mi mamá y mi tío son sobrevivientes del Holocasuto y el humor para mí fue como una tabla de salvación», dice
Sergio Langer sabe que su libro es polémico desde el título de tapa hasta la última página. Se mete en temas conflictivos como el de la religión y asume que desde la matanza de Charlie Hebdo nada será igual para el humor gráfico. «Judíos -cuenta- iba a salir el año pasado y la editorial (Planeta) decidió no sacarlo por el conflicto en Medio Oriente. Consideraron que en ese momento no había lugar para un libro así. Después empezaron los del ejército islámico a cortar cabezas y luego ocurrió lo de Charlie Hedbo, con esa matanza inexplicable en una redacción».
-¿Tenía amigos ahí, conocía a los que hacían la revista?
-Conocía al director y a un dibujante, y fue un shock. Finalmente se decidió editarlo porque esto es algo que no va a terminar nunca, el horror aparentemente no va a tener final y por eso el humor acompaña.Cuanto más horror haya, más importancia tiene el humor. Me hubiese gustado trabajar en Charlie Hebdo, pero es jodido el tema, hay una corrección política en la que ya no se puede hacer humor con las minorías. Es más, te pueden matar si no gusta.
¿Por qué «Judíos», así crudo y sin matices?
-A mí también me sonó un poco crudo y puede ser que nos lleve a un lugar descarnado. Algunos hasta creen que titularlo así puede ser ofensivo. La elección del nombre fue así porque de alguna manera mi historia y mi tradición pertenecen a esa tribu. El libro resume un poco la mirada que tengo yo como judío laico no religioso. Siempre desde el humor. Es un libro que pasea por varios temas. Los chistes tienen que ver con esa parte de la historia.
¿Se puede tomar con humor el Holocausto?
-Para mí, «Judíos» es como el álbum blanco. Si bien saqué otros 12 libros, en este soy más autoreferencial. Probablemente tenga mucho de humor negro, muchos judíos se pueden ofender porque no manejan la ironía o el humor negro. Por ahí gente mala leche pueda decir que laburo desde el odio porque no lo entiende. Mi mamá y mi tío son sobrevivientes del Holocausto. Para mí el humor fue la tabla de salvación, el rescate. Me crié con esa historia de dolor y persecución. El humor me rescató de situaciones dolorosas. Reírnos de nosotros mismos.
¿Es fácil o difícil hacer reír a los argentinos?
-El argentino se maneja con dos tipos de humor, la ironía y la resignación. Pero no sé si le gusta reírse de sí mismo. Yo creo que la tradición oral del humor en las provincias es muy fuerte. Hay otro aspecto del humor que no se ve, el que circula por la calle que es cruel, es negro. Cuando uno genera el humor en un medio siempre tiene que pensar que es para mucha gente, mandarle guiños al lector, pero hay que tener cuidado.