El organismo internacional de derechos humanos Human Rights Watch condenó el asesinato de Naama y Eitam Henkin, el matrimonio israelí, que fue ultimado a balazos en un ataque terrorista en Samaria (norte de Cisjordania). La organización subrayó que el ataque fue una grave violación de las leyes de la guerra, y pidió a las autoridades israelíes procesar a los responsables y garantizar que los civiles palestinos sean protegidos frente a las agresiones de represalia.
La directora para Oriente Medio de la organización, Sarah Leah Whitson, manifestó que «las muertes del marido y su esposa en el automóvil mientras sus cuatro hijos observaban es un acto despreciable que va en contra de la ley y la decencia. No existe ninguna causa política que justifique los ataques contra civiles».
El organismo señaló que si bien Eitam Henkin sirvió como oficial de reserva del Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal), en el momento del ataque no estaba en servicio activo, y como tal tenía derecho a las protecciones que los civiles gozan en virtud de las leyes de la guerra, que según los dichos de Human Rights Watch son aplicables a la Cisjordania “ocupada”.
Un grupo palestino afiliados a las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, del movimiento Fatah, se atribuyó la responsabilidad del atentado.