Bruselas está por segundo día en máxima alerta terrorista. La movilización policial, apoyada por más de 1.000 militares, es masiva en el centro de la ciudad y en los puntos estratégicos que podrían ser objetivo de un ataque terrorista o susceptibles de ver aglomeraciones de personas.
El subte sigue cerrado y los mercados dominicales en las plazas, siempre concurridos, no abrieron sus puertas. La ciudad sigue siendo un escenario fantasma, casi de ciencia ficción, bajo una fina lluvia y un frío que tampoco anima al paseo.
En un recorrido de pocas horas esta mañana por el centro de la ciudad y por el señalado barrio de Molenbeek -de donde provienen decenas de los jóvenes belgas que fueron a Siria a luchar junto al ISIS y desde el que supuestamente se organizaron los atentados de París- se detecta una tensa calma.
Los medios belgas cuentan esta mañana que la Policía y los servicios secretos buscan a una célula de unos diez hombres similar a la que atacó París y que tendría por objetivo un atentado «inminente» en varios puntos de la ciudad.
El gobierno había señalado el sábado como probables objetivos los centros comerciales y los transportes públicos. La información de que disponen los medios belgas habla de unos diez hombres fuertemente armados y con explosivos.
El ministro del Interior Jan Jambon dijo a la televisión VRT que la amenaza va más allá de Salah Abdeslam, supuestamente el único fugado de los atentados de París y a quien se cree escondido en algún lugar en Bruselas.
El gobierno se reúne esta tarde en Consejo de Ministros extraordinario para valorar la amenaza y decidir si mantiene para el lunes la alerta máxima.
La ministra de Educación Joelle Milquet dijo en un comunicado de prensa que a partir de la evaluación que haga el ejecutivo de Charles Michel esta noche decidirá si mañana abren las escuelas y universidades del país. La Universidad Libre de Bruselas, el gran centro público de enseñanza superior de la ciudad, se plantea cerrar sus cinco campus si se mantiene la alerta al máximo nivel.
Muchos trabajadores están recibiendo ya mensajes de sus empresas indicándoles que mañana podrán quedarse en casa. El gobierno asegura que no quiere paralizar la capital, pero las medidas de seguridad impiden su funcionamiento normal.
En una entrevista a la televisión pública RTBF, Mohammed Abdeslam, hermano del terrorista fugado y de uno de los suicidas, pidió esta mañana a su hermano que se entregue y dijo que prefiere verlo «en prisión que en el cementerio».
Fuente: Clarin.com-Idafe Martín