La búsqueda de Abu Bakr Al-Baghdadi

Es el jefe supremo del Estado Islámico. Sólo realizó una aparición pública. Se lo dio por muerto tras un ataque aéreo, pero luego el hecho se desmintió. Las paranoias del líder terrorista.

Abu Bakr al Baghdadi es el jefe del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) desde abril de 2010. Sucedió en el poder a Abu Musab al Zarqawi y a Abu Omar al Baghdadi, quienes dieron origen a la agrupación sunita extremista. Ambos murieron tras un ataque aéreo de los Estados Unidos y la misma suerte pareció correr este año el actual cabecilla cuando fuerzas iraquíes e iraníes habían reportado su deceso.

Sin embargo, su muerte jamás fue confirmada y fue el propio ISIS quien se encargó de desmentirla mediante una grabación en la cual se habría registrado un mensaje suyo.
Desde su primera y única aparición pública en una mezquita de Mosul en junio de 2014, en la cual anunció la creación del califato y se proclamó «califa Ibrahim», que nada se sabe de Al Baghdadi. Su ubicación es un misterio incluso para muchos de los comandantes del grupo terrorista. En los ámbitos fundamentalistas, se lo conoce como «el hombre invisible».
Hoy, su lugar de residencia representa un desafío para la inteligencia de los países occidentales que lo rastrean en el terreno y con sus drones. Dede, que en mayo de este año se anunció su muerte que nada se sabe de él. Sólo que ese hecho no sucedió pese a que en su momento hasta se había anunciado un sucesor en la cabeza de ISIS. Una grabación «desmintió» su abatimiento y los iraquíes reconocieron que la información que suministraron no era exacta.
Pero, ¿por qué el líder terrorista no hace más apariciones y sólo se tiene registro suyo mediante una grabación raelizada en la mezquita de Mosul? Los investigadores creen que su reclusión es causa de evitar ser hallado. Según el periodista Raed Omari, de la cadena Al Arabiya, Al Baghdadi sabe que el uso de algún dispositivo tecnológico podría significar su fin.
Es por eso que no sólo sus comunicaciones están reducidas al mínimo posible y al contacto personal, sino que tampoco hace reivindicaciones públicas de los atentados y las atrocidades que el grupo que conduce realiza a lo largo del mundo. La reivindicación de ataques como los deParís los deja en manos de células del ISIS o de voceros que quizá no tengan contacto con él, pero que conocen los laberintos del poder interno.
Al Baghdadi sabe que fue eso lo que le costó la vida a Abu Musab al Zarqawi, el primer líder del grupo, cuando todavía era conocido como «Al-Qaeda en Irak». Al Zarqawi fue abatido durante un bombardeo norteamericano en 2006. Pero la precaución tomada por el jefe terrorista es imitada perfectamente por el resto de los líderes de ISIS.
La locación, según explicó Omari en su columna, representa también un problema para Al-Baghdadi, quien se siente amenazado no sólo por los drones norteamericanos y los dispositivos electrónicos. «El hombre invisible» también duda de su entorno, de quienes rodean los lugares que frecuenta. Es que sabe que el entorno no es el más favorable para tener una vida pública.Kurdos, sirios -del régimen y opositores-, chiitas y demás pueden dar información sobre su paradero. Ese dato puede ser «vendido» a un muy buen precio y podría cambiar la vida de cualquiera.
«Además, los líderes de ISIS no tienen la ventaja de las cuevas y las montañas de Afganistán, en las cuales Osama bin Laden y otros jefes de Al Qaeda se ocultaban», explicaOmari en su columna. Pero otra de las preguntas que surgen entre los investigadores va más allá: ¿Estará Al Baghdadi en Siria o Irak? Quizás esté oculto en otro lugar de Medio Oriente, cercano, amigable pero alejado del fuego enemigo.
Fuente: Infobae


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