Praga honrará con el monumento “Farewell” (Despedida) a los padres que, ante el cerco nazi, en 1939 montaron a sus hijos en trenes para que el británico Nicholas Winton los salvara, mientras que ellos, tiempo después, serían en su mayoría víctimas del Holocausto.
Ellos son los grandes olvidados en la epopeya de Winton, quien en 1939 logró salvar a 669 jóvenes, pero ahora recibirán el reconocimiento gracias a una nueva iniciativa de los “Niños de Nicky”, como se conoce familiarmente a ese colectivo, de los que en la República Checa quedan actualmente 5, en Inglaterra 20 y otros más repartidos por Australia, Israel, Estados Unidos y Canadá.
Jasmine y Tadeas son dos niños de 3 años y medio que imprimieron hoy las huellas de sus manos en plastilina para recrearlas luego en el memorial, que será inaugurado a finales de mayo en la Estación Central de Trenes de Praga, desde donde salieron los convoyes en 1939, cuando Hitler estrechó su cerco sobre Checoslovaquia.
Ambos son bisnietos de Zuzana Maresova, de 85 años y una de las niñas sobrevivientes en aquellas fatídicas fechas, que presagiaban el inicio de la II Guerra Mundial.
Maresova emprendió, junto a sus hermanas, un viaje incierto a las Islas británicas.
La arriesgada maniobra logística atribuida a Winton pasó décadas oculta a los ojos de la opinión pública, hasta que salió a la luz, y valió numerosos reconocimientos en todo el mundo al llamado ” Schindler británico”, en recuerdo del industrial alemán Oskar Schindler, que salvó a 1.200 judíos de los campos de exterminio.
Pero quedaba un cabo por atar en el relato de aquellos 669 jóvenes, en su mayoría judíos.
Maresova ha querido agradecer la valentía y amor de esos padres, los grandes olvidados hasta ahora, junto a otros “Niños de Nicky” y la Federación Judía Mundial.
Junto a otros exponentes del grupo, como Lady Milena Grenfell-Baines de Inglaterra, se ha promovido el memorial “Farewell”.
“Tuvimos la suerte de poder dar las gracias a Nicky (Winton), pero nadie pudo agradecérselo a sus padres, la mayor parte de los cuales murieron en el Holocausto”, explicó en su casa la anciana checa.
Y añadió: “Nicky había recibido tantas distinciones y medallas en todo el mundo, lo que está bien, porque la merecía, pero nosotros pensamos que nos habíamos olvidado de nuestros padres, que al final hicieron el mayor sacrificio poniendo a sus hijos pequeños en trenes, sin saber si volverían a verlos”.
Ella fue de las pocas que sí pudo agradecérselo, ya que toda la familia se reencontró en tierras británicas.
Maresova anunció que ha conseguido reunir los 111.000 euros que costará el monumento, consistente en una réplica exacta de la puerta de madera de uno de los trenes originales y una ventana con las huellas de las manos de Maresova y sus bisnietos Jasmine y Tadeas, junto a las huellas de Lady Grenfell-Baines con las de sus dos bisnietos.
“Debo comunicar que ayer cerramos la colecta pública porque ya hemos obtenido dinero suficiente”, dijo ufana Maresova.
Se espera que al acto de inauguración en mayo acudan cuatro ministros del Gobierno checo y la alcaldesa de Praga. EFE