El 19 de marzo de 1944 el ejército nazi invadió Hungría y pusieron de primer ministro a un general alemán llamado Dome Sztojay. A partir de ese momento, la vida de los judíos en ese país cambió radicalmente. Así se lo comenta a LA CADENA JUDÍA DE INFORMACION VIS A VIS, Agnes Hirschi, hija adoptiva de Carl Lutz, un Justo entre las Naciones suizo que ayudó a 62 mil judíos a salvarse de una muerte segura entregando salvoconductos o creando «casas seguras» que eran declaradas anexo de las embajadas que representaba.
Agnes Hirschi se emociona ni bien comienza a rememorar la historia de su familia, que tuvo el privilegio de tener la protección de Carl Lutz, un vice-cónsul suizo que durante 1942-1945 estuvo en la embajada de Budapest, capital de Hungría: «Mi familia vivió en Budapest, pero yo nací en Londres. Mis padres estuvieron en la capital de Gran Bretaña cuando yo nací y luego volvieron a Hungría. La vida en Budapest en 1938 era normal, incluso para los judíos. Tuvimos pocos buenos años, pero 1944 cuando los nazis invadieron la capital de Hungría, los judíos y los húngaros estaban en gran peligro».
El miedo a una posible de deportación a campos de exterminio era algo que se vivía a diario; en abril de 1944 se ordenó la deportación de 500.000 judíos húngaros que vivían en los alrededores de la capital. En ese momento la madre de Agnes decide ir a visitar al embajador Lutz para pedirle protección dado que su hija, que en ese momento tenía 6 años, había nacido en Londres: «Mi madre se decidió a ir a la embajada a pedir protección por que Carl Lutz, estaba a cargo de cuatro departamentos del Ministerio del Interior y representaba a varios países, entre los que se encontraban Estados Unidos y Gran Bretaña. Mi madre fue una mujer hermosa y a Lutz le gustó mucho, entonces él nos dijo que quería hacer más por nosotras y nos pidió que regresemos dentro de dos semanas que iba a hablar con su esposa para ver de qué forma nos podía ayudar. Luego de dos semanas, le dio un trabajo a mi mamá, de ama de casa, que controlaba al personal que trabajaba en la residencia. En el verano de 1944 nos mudamos mi mamá y yo a un pequeño departamento en la residencia y estuvimos ahí hasta el final de la guerra. De esa forma es que sobrevivimos a la guerra».
Aunque Agnes solo tenía 6 años cuando el horror de la maquinaria nazi acechó su país pudo rememorar algunos momentos de angustia que vivió junto a su madre: «En noviembre de 1944, los bombardeos comenzaron y muchas veces tuvimos que ir al bunker.
Antes de Navidad la situación estaba muy mal: los bombardeos eran constantes, así que tuvimos que proveernos de alimento. Mi madre tuvo que ayudar a cocinar para todos los que nos encontrábamos en el bunker. Dormíamos como podíamos, de hecho yo dormí juntando dos sillones pequeños.
Lo único que recuerdo es que estaba todo el tiempo oscuro debido a que las lámparas eran de aceite, en ese tiempo. Vivimos dos meses encerrados en el sótano, y cada vez más y más gente venía a nosotros a buscar abrigos. La comida comenzó a escasear y por momentos no teníamos luz. Eso es lo que recuerdo, fue algo muy malo para mí ( hace una pausa y se seca las lágrimas)….Por eso ahora busco estar siempre afuera, con luz, y no en la oscuridad. Cuando salimos del bunker recuerdo que estaba todo destruido y vi caballos muertos».
No todo es horror para la familia Hirschi. Después de haber sobrevivido a la guerra. Agnes y su madre se reencontraron con su padre, que también sobrevivió. Pero en los años que pasó la madre de Agnes como ama de llaves se gestó una apasionante historia de amor con Lutz. El diplomático suizo le aseguró que se divorciaría de su mujer y la volvería a buscar para casarse. Eso recién se produjo en 1949, cuando el ex vice-cónsul volvió a Budapest, se casó con la madre de Agnes, y los tres se fueron a vivir a un castillo en Suiza, según relató su hija.
A partir de allí, Agnes comienza a averiguar más acerca de la valentía y el coraje que tuvo su padre para salvar a miles y miles de judíos que iban camino a la muerte. Al igual que Raoul Wallenberg, el Nuncio Apostólico Ángel Rotta y Giorgio Perlasca, entre otros Justos entre las Naciones que arriesgaron su vida y sus cargos, dado que algunos países se mantenían «neutrales, por una causa que ellos consideraban esencial…salvar a la humanidad.
«Yo estuve presente cuando él murió. Sufrió un ataque al corazón mientras se encontraba en un banco. Pasé los últimas horas de vida junto a él y le prometí que haría lo mejor de mí para mantener la memoria de esta terrible época, eso fue muy importante para él y para mí. En eso pasé los últimos 20 años de mi vida.
Hasta ese momento no tenía tiempo dado que tenía mi familia, trabajé como periodista en un periódico y estaba muy ocupada. Aunque la verdad es que nadie estaba interesado en la temática en ese momento. Pero ahora, logré tener una exhibición en cinco idiomas diferentes. Soy yo la que organizó la exposición y les ofrezco a las embajadas, organizaciones judías y escuelas. Es muy importante para mí. Estoy segura que mi padre estaría muy contenta de mí».
Hirschi se refiere a la exposición «Carl Lutz y la Casa de Cristal» que se expondrá por primera vez en la Argentina del 15 al 29 de marzo en el Hall de los Pasos Perdidos de la Facultad de Derecho (UBA). Esta muestra se da en el marco de la presidencia de Suiza ante la Alianza Internacional para la Rememoración del Holocausto que durante todo el 2017 será el país encargado de generar actividades educativas y de memoria en todo el mundo a través de las sedes diplomáticas de cada país.
Por último, Agnes define cómo era su padre: «introvertido y tímido. Necesitaba estar rodeado de personas que lo quieran para poder ser feliz. Era un hombre muy agradable», con ese análisis dulce y cándido de una hija que siente la obligación de transmitirle al mundo la historia de su padre, un Justo entre las Naciones, que salvó la vida de 62 mil judíos, y que entendió que el exterminio sistemático y el odio no iban a conducir a un mundo mejor.
Agradecemos a Aaron Selig de la Embajada de Suiza en Argentina por oficiar de traductor para la entrevista.
SOY MARIA AMELIA FELIZAR CASADA CON RAUL NORBERTO LUTZ MI ESPOSO YA FALLECIO PERO TENEMOE DOS HIJOS VARONES QUE LLEVAN EL APELLIDO LUTZ UNO EL MAYOR ES SACERDOTE EL MENOR ES GERENTE DE UNA EMPRESA TEXTIL ELLOS ESTAN DE VACACIONES PERO ME MANDARON EL ARTICULO DE CARL LUTZ PIDIENDOME QUE INVESTGUE
AGRADECERIA SABER DONDE DEBO BUSCAR MAS INFORMACION
EL ABUELO DE MIS HIJOS ERA SUIZO Y LA ABUELA HOLANDESA DE APELLIDO MATT
ESTARIA MUY AGRADECIDA DE PODER TENER MAS DATOS
ATTE. LO SALUDO ESPERANDO RESPUESTA
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