Michelle Goldberg, columnista de The New York Times, escribió un artículo defendiendo el antisionismo y diciendo que no es antisemitismo.
“La combinación de antisionismo con antisemitismo es un poco de retórica que depende de tratar a Israel como la encarnación del pueblo judío en todas partes”, escribió el viernes. “Ciertamente, algunas críticas a Israel son antisemitas, pero es totalmente posible oponerse al etnonacionalismo judío sin ser un fanático”.
La columna es importante porque mientras la página de opinión de The Times es generalmente de izquierda en Israel, la mayoría de sus columnistas que escriben en el país van desde los sionistas liberales hasta los conservadores.
Goldberg señaló que dos congresistas demócratas entrantes, Ilhan Omar y Rashida Tlaib, han apoyado el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel, o BDS. Ella escribió que muchas personas consideran que el BDS es antisemita porque somete a Israel a un doble estándar y, al respaldar el regreso de los refugiados palestinos a Israel, podría llevar al fin de un Estado de mayoría judía.
De hecho, igualar el BDS con el antisemitismo es el consenso entre una amplia franja de organizaciones judías; la semana pasada, la Conferencia de Presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses, que representa a más de 50 grupos judíos, llamó al líder de Pink Floyd, Roger Waters, “antiisraelí y antijudío” por su apoyo vocal al BDS.
Pero Goldberg dijo que oponerse a Israel y pedir un Estado binacional israelí-palestino es legítimo. Criticó a Israel por la estrecha relación de su gobierno con la administración de Trump y los gobiernos nacionalistas de derecha en Europa, así como por la presencia judía en Judea y Samaria.
“Mientras la política de facto del gobierno israelí es que solo debe haber un Estado en la Palestina histórica”, escribió Goldberg, “no es razonable considerar las demandas palestinas de derechos iguales en ese Estado como antisemitas”.
Israel Noticias
El artículo ya empieza mal: «…respaldar el regreso de los palestinos a Israel» es una falsedad imperdonable en cualquiera que se dedique a este tema: los palestinos somos los judíos, aun los qye vivimos en la Diáspora; estos «palestinos» no son sino los descendientes de los jordanos que el rey Hussein II inyectó como usurpadores en la futura tierra del Estado de Israel, en un intento por demostrar que ahí solamente había existido habitación árabe. En un país democrático como Israel se puede hacer cualquier propuesta, incluida la de un Estado israelí-marciano, pero eso no quiere decir que la propuesta sea válida. Todos estos movimientos, tanto los decididamente violentos ccomo el terrorismo, como los políticamente más cuidadosos, como el BDS, únicamente buscan la negación del derecho de existencia, ya no únicamente de un país democrático como Israel, sino del ÚNICO con real derecho a estar donde está, porque a los judíos nos une la religión de más de 3.500 años que ha sido siempre la misma y regresamos a nuestra tierra arrebatada. Jordania y Siria fuerin inventos de Gran Bretaña mientras tuvo el Mandato, que las impuso en tierra palestina (o sea, robada del reino de Judea). Es evidente que esta mujer es un ejemplo del judío vergonzante quee quiere que se lo acepte en una sociedad no judía: Israel no ocupa Judea y Samaria sino que ésas son parte de lo que ahora el Estado de Israel.