Las representantes demócratas estadounidenses Ilhan Omar, de Minnesota, y Rashida Tlaib, de Michigan, criticaron la negativa de Israel de otorgarles la entrada al país por su apoyo al BDS.
Omar, por su parte, afirmó en una conferencia de prensa en St. Paul que las acciones de Israel «no eran compatibles» con ser una democracia o un aliado de los Estados Unidos, y que el país norteamericano debería detener la ayuda a Israel.
Tlaib y Omar, que habían planeado visitar Jerusalén y Cisjordania en una gira organizada por un grupo palestino estrictamente anti-Israel, son críticos de Israel y partidarios del movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra el Estado Judío.
Tlaib ha dicho que está a favor de una fórmula de un solo estado para poner fin al conflicto israelí-palestino.
Israel le negó la entrada el jueves a las dos legisladoras, las primeras dos mujeres musulmanas elegidas para el Congreso, en virtud de una ley de 2017 que niega la entrada a los partidarios del movimiento de BDS, horas después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, twitteara que Israel estaría mostrando debilidad si les diera permiso para el ingreso.
Omar calificó la decisión de prohibirle la entrada de «intentar suprimir nuestra capacidad de llevar a cabo nuestra misión como funcionarios electos», alegando que si bien la decisión del primer ministro Benjamin Netanyahu había sido «sin precedentes», era una política estándar hacia los palestinos «y aquellos que tienen puntos de vista que amenazan la ocupación «.
«Afortunadamente, nosotros en los Estados Unidos tenemos un papel constructivo que jugar. Le damos a Israel más de 3 mil millones de dólares en ayuda cada año, en base a que es un aliado importante en la región y la única democracia en el Medio Oriente. Pero negar la entrada a funcionarios debidamente elegidos de países amigos no es consistente con ser un aliado, y negarle a millones de personas la libertad de movimiento o expresión o autodeterminación no es compatible con ser una democracia», expresó Omar.
Vía The Times of Israel
Ser «funcionario electo» de un país no significa que se le reconozca un estatus especial en otro, por mejores relaciones políticas que se mantengan entre ambas naciones… Además, en cualquier país, organización u empresa rige el «derecho de admisión y permanencia», y muy especialmente para quienes sean enemigos declarados (sea con el habla, las letras o las armas) de allí adonde se pretenda entrar.
Basta de darle tanta trascendencia a la prédica de éstas dos señoras norteamericanas, que si bien se dicen musulmanas jamás se mudarían a ningún país árabe… En cualquiera de dicho países, por solo intentar hablar (ni que decir de criticar) las molerían a palazos.