Comunicado de TH4: «El daño ya está hecho»

TH4 El daño ya está hecho
TH4 El daño ya está hecho

Escribo estas palabras horas después de la votación final en la Knesset acerca de la Ley referente al Principio de Razonabilidad. Estoy convencido que, a pesar de su importancia, el resultado de la votación no es algo de vida o muerte.

Mucho más importante es el hecho de que en estos meses, desde que asumió el actual gobierno de coalición compuesta por políticos de derecha nacionalista (que dicen llamarse «liberales»…jajaja…), grupos mesiánicos, kahanistas y partidos de la ultraortodoxia («jaredim»), la sociedad israelí cayó en una tremenda lucha interna de valores. Un combate ideológico-práctico entre quienes consideran que el Estado de Israel debe ser guiado por el Shuljan Aruj (código de conductas ortodoxo) y quienes ven con buenos ojos el modernismo. Entre quienes creen que todo debe estar supeditado a conceptos y leyes halájicas y quienes creen en la soberanía del ser humano. Entre quienes pueden vivir sin problemas éticos en un estado de apartheid y quienes de ninguna manera están dispuestos a ello. Entre quienes colocan la exclusiva supremacía judía por encima de todos los valores y quienes consideran que la democracia debe ser una regla válida para la conducta de los políticos. Entre quienes – sin haber servido siquiera un minuto en Tzahal – tildan de «anarquistas» a pilotos de la Fuerza Aérea y aquellos que día a día dedican sus vidas para protegernos. Entre quienes se dedican al clientelismo en la política creando públicos dependientes y aquellos quienes consideran que la libertad de expresión es un valor imprescindible. Como es de imaginar, no enumeré toda la lista de conflictos. Parte de ellos, venimos arrastrando incluso desde hace decenas de años. Pero siempre, hasta hace pocos meses, supimos convivir con ellos. Los gobernantes de turno entendían que, finalmente, elinterés general estaba por encima del particular.

Todo éso se acabó en enero.

Desde el momento en que los Ben Gvir y los Smutrich, los Levin y los Amsalem asumieron el poder, bajo la tutela de Netanyahu, no dejan de hacer grandes esfuerzos para que Israel dé un viraje de timón que, a mi humilde juicio, nos llevará a una situación difícil – si no imposible – de sobrellevar. Divulgando mensajes de odio, de mentiras y de desinformación, crearon un clima de desconfianza y temor que nos llevará años curar.

Centenares de miles de ciudadanos: laicos y religiosos, mujeres y hombres, maduros y jóvenes dedicaron últimamente sus mejores energías para demostrar que no permitiremos que «nos roben el país» que tanto nos costó construir. No cesaremos en nuestros esfuerzos.

Por el momento, en la Knesset, el gobierno logró juntar 64 manos para promulgar una ley que, a decir de sus líderes, es «la primera» de una serie de leyes y reglamentaciones destinadas a eliminar el papel de supervisor que hasta hoy podía ejercer la Corte Suprema frente al Poder Ejecutivo.

Los próximos candidatos a ser «sacrificados» son los «Gatekeepers», los asesores legales de los ministerios y las oficinas gubernamentales. Ellos, junto a los fiscales, verán reducidas sus facultades de control. Y así, en forma escalonada, se irán produciendo nuevas escaramuzas. Pero que no quepa duda que quienes creemos que Israel puede y debe ser un país judío y democrático estaremos en el frente para impedir que esta gente se salga con la suya.

TH4, nuestro movimiento, siempre optó por el diálogo constructivo, por la evolución paulatina basada en consensos. Sobre todo, en temas que, como el actual, tienen influencia a largo plazo en la esencia del Estado judío y su relación con las comunidades en el mundo.

Necesitamos un gobierno más digno. La lucha política recién comienza.

Mov. Sionista Renovador
Mov. Sionista Independiente
Mov. Sionista Democrático
Unidad Comunitaria

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