Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) consolidaron su playa de desembarco en la Franja de Gaza con un aumento incesante de soldados y tanques, mientras protagonizan un fuerte enfrentamiento con las células terroristas de Hamas, que atacan con granadas antitanques, misiles, drones y un constante fuego de metralla.
El objetivo militar de Israel es exterminar a Hamas y controlar la Franja. En este contexto, su plan bélico consiste en llegar a la capital de Gaza con una sucesión de enfrentamientos acotados que permitan consolidar las posiciones tomadas. La organización terrorista controla y conoce el escenario de combate, y la táctica israelí está orientada a evitar que Gaza se transforme en una trampa mortal para sus soldados.
Se trata de un objetivo clave que plantea mucha incertidumbre en el gabinete de guerra: Hamas alineó un sistema de defensa que incluye caza bobos, francotiradores, células operando en los túneles de la Franja, múltiples drones, granadas antitanques cedidas por Corea del Norte y fedayines que ya han batallado en enfrentamientos urbanos en Siria, Afganistán y Libia.
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Mientras los combates con Hamas se libran en el centro norte de la Franja, el gabinete de guerra de Israel asume que Hezbollah atacará desde la frontera con el Líbano. El premier Netanyahu, su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y Benny Gantz, ex ministro de Defensa y líder de la oposición -los tres miembros del gabinete de guerra- rezan a que sólo haya una reacción de Hezbollah, que en definitiva responde a las órdenes directas de Irán.