En una muy reñida votación, la lista encabezada por Mauro Berenstein se impuso en las elecciones de autoridades y tendrá el honor y enorme responsabilidad de gestionar durante los próximos tres años la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).
Tras el escrutinio y antes de anunciarse el resultado, los dos candidatos a presidente, el mencionado Berenstein y Darío Epstein, se trenzaron en un abrazo y brindaron unas palabras a los delegados, periodistas y demás asistentes a la asamblea. El mensaje fue claro: “más allá de las divergencias, todos tiramos para el mismo lado y queremos lo mejor para la comunidad. Las puertas están abiertas; el que quiera sumarse está bienvenido”.
Tras el fragor y tensión propios de la campaña, se trató de un firme acto de madurez y civilidad institucional: por delante de los contendientes, está la DAIA y por delante de la DAIA la comunidad toda.
El acto eleccionario se realizó en forma ordenada, expeditiva, pacífica, democrática y transparente lo que también es digno de destacarse. La hora exige mancomunión y deponer los egos.
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Como integrante de la lista vencedora quiero felicitar y agradecer a todos los compañeros de mi lista y transmitir públicamente mi reconocimiento a los circunstanciales adversarios que integraron la otra lista, a quienes respeto y por quienes siento cariño como Mario Ruschin, Yaco Cohen Chaluh, Quique Chirom, “el Negro” Broitman y Patricia Manusovich, la mayoría de los cuales acompañaron a mi padre y a Ariel Cohen Sabban durante su gestión al frente de la DAIA, y quienes, estoy convencido, comparten los mismos valores y quieren lo mejor para la comunidad.
En poco tiempo dará comienzo una nueva gestión con un nuevo presidente y mucha gente joven que se incorpora, quienes junto a dirigentes de más experiencia, que integran el Consejo Directivo saliente, guiarán los destinos de la institución durante los próximos tres años.
La DAIA debe trabajar, con un orden ético, en el fortalecimiento de su valor simbólico y como efector del cambio, exigiendo el respeto de sus competencias e incumbencias y en pos del cumplimiento de sus objetivos fundacionales: la lucha contra toda forma de antisemitismo, la seguridad y protección de la comunidad, la representación de todas sus entidades miembro, con una mirada federal y escuchando y atendiendo sus necesidades, la representación política de la comunidad judía argentina institucionalizada y no institucionalizada, y el apoyo incondicional al Estado de Israel en su legítimo derecho a defenderse de la agresión terrorista para proteger a sus ciudadanos.
Que así sea.
Dr. Javier Indij
Abogado