Entrevista al doctor argentino, Ricardo Nachman, director de la Unidad de Medicina Forense de Israel: «Yo mostraría todo, el mundo tiene que ver esta barbarie en forma completa»

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El doctor Ricardo Nachman es un médico argentino-israelí, director de la Unidad de Medicina Forense de Israel.

En diálogo exclusivo con Vis á Vis, compartió la impactante experiencia de tener que coordinar la identificación de los asesinados por el grupo terrorista Hamás desde el 7 de octubre hasta la actualidad.

Además, sus equipos se ocupan del tratamiento de los heridos y el apoyo a los secuestrados liberados.

Su relato emociona por su elocuencia y el detalle de convivir con el peso emocional de enfrentarse al horror de ese ataque. «Lo que se vio no es ni el 50% de lo que sucedió», expresó.

  • ¿Cómo describe al 7 de octubre?

Sorpresa, terror, barbarie, sufrimiento y esperanza.

  • ¿Qué fue lo que vio?

¿Qué fue lo que vi? Lo que vi fue la transformación de lo humano a lo diabólicamente humano. Ver los resultados del lado más oscuro de otro ser humano para con gente inocente. Son todos inocentes, pero bebés, niños, niñas. Violaciones, matanza, mutilaciones, cremaciones. Todo lo que una mente normal no puede imaginarse.

  • Así como me lo dice, es algo que anteriormente nunca había visto…

Bueno, no de esta magnitud, no de esta. Digamos, todo fue muy bien planificado, muy bien estructurado. Un ensañamiento para con el ser humano. En su mayoría judíos e israelíes, pero no solamente ellos.

Personas, seres humanos de 15 países distintos. Y creo, también, sin ningún tipo de respeto por la vida. Hablo de mutilaciones, violaciones, quemada.

  • ¿Cómo se logra identificar a las víctimas?

Bueno, la identificación científica se basa en varios caminos. En los caminos científicos nos ayudamos por medio de la tomografía computada. De todo el cuerpo, hallazgos médicos, como por ejemplo, prótesis, algún marcapaso, etc. Obviamente, las masas científicas, más profundamente científicas, todo lo que tenga que ver con la comparación de huellas dactilares, la comparación del ADN y la comparación de lo que sería la dentadura.

En el Estado de Israel, por una cuestión de respeto a la privacidad, no hay bancos de todas las huellas dactilares, o huellas dactilares de todos los ciudadanos, sino que aquellos que pertenecen a alguna organización estructurada, como la policía, bomberos, etc., los soldados, y aquellas personas que han delinquido de alguna que otra manera, entonces entran a la policía y tienen las huellas. El resto, no. Y en sí, la identificación se basa en uno o más caminos científicos para estar completamente seguros de que es esa persona y no otra.

Obviamente, todo depende del estado del cuerpo, ¿no? O sea, el estado del cuerpo o las partes del cuerpo, que es lo que quedó. Volviendo a la pregunta anterior, y basándome en la respuesta, es como que no era solamente matarlos, no era solamente asesinarlos. No. Había mucho más que eso. Había un ensañamiento increíble, terrible, con las víctimas.

Hay también videos, sí, de ellos mismos, captaron lo que hacían. Videos donde se veía que quemaban a personas en vida, matarlos y bailar alrededor de ellos. Cosas que tienen que ver con lo diabólico, lo inhumano, lo extremo. Son extremistas que no saben respetar la vida.

  • Usted contó que, a medida que pasaba el tiempo, se hacía más difícil reconocer los cuerpos. ¿Cómo hicieron para poder saber quiénes eran? ¿O todavía hay cuerpos no reconocidos?

Bueno, empiezo por la última pregunta. Gracias a Dios no hay cuerpos sin reconocer. Se procedió al 100% del reconocimiento, la identificación de las víctimas o partes de ellas.

El hecho de hacer la identificación, uno se basa no solamente en los elementos que tiene para identificar, sino en el hecho de que haya una familia, un allegado, alguien que viene a pedir por una persona determinada. Sin eso nosotros no podemos comparar. No podemos comparar una ADN si no sabemos a quién a lo mejor vamos a tener que identificar.

Obviamente no teniendo el ADN tampoco vamos a poder hacer la identificación por medio del ADN. Pero es algo complejo en el cual uno se va a basar para poder terminar con la identificación. Es un proceso que fue muy borroso.

Tengamos en cuenta que en el principio teníamos cuerpos que estaban más enteros o cuerpos que no estaban en un proceso de descomposición extrema. Por eso fue siendo mucho más complejo con el correr del tiempo.

  • Ustedes también reciben a los secuestrados, liberados y rescatados. ¿Cómo es el procedimiento con ellos?

Bueno, yo soy el director de la unidad de medicina clínico forense. A pesar de que todos hacemos todo, dirijo la parte de la medicina clínico forense que va a ser la que revisa a personas vivas, violentadas física, sexualmente, etc. Niños golpeados y otros casos.

El ministerio de Salud, al cual nosotros pertenecemos, me dio la atribución para poder formar seis equipos de profesionales para poder llegar a los seis hospitales distintos que se habían propuesto como para poder recibirlos en diferentes momentos. Los seis equipos estaban formados por un médico forense de nuestro instituto, dicho sea de paso es el único que hay en el Estado, por una médica ginecóloga formada por nosotros, por mí, para la revisación de violencia sexual, y una pediatra que también estaba formada por nosotros para que puedan revisar los niños.

  • Siendo argentino, ¿ha tenido la posibilidad de charlar con los secuestrados, liberados argentinos?

Sí, por supuesto. Yo, básicamente por ser el responsable de todo este complejo proceso o procedimiento de revisación, he estado con todos, en casi todos los hospitales y básicamente con los argentinos por una cuestión mía muy personal, una cuestión de estar con ellos, de hacerles ver que hay un compatriota con ellos, porque ellos no necesitan el español, tienen el hebreo tranquilamente perfecto para también hacerlo. Pero bueno, era algo para acercarnos más.

  • ¿Cómo era ese diálogo con los familiares de víctimas?

Es una de las cosas más dolorosas, porque si uno va a ver un cuerpo, lo podés llegar a hacer desde el punto de vista profesional, cerrando todas las persianas y trabajando directamente. Cuando uno ve todo lo que pasa detrás de cada caso, de cada cuerpo, de cada identificación, que ve todo lo tremendo, el sufrimiento de las familias, a uno lo pone en jaque. O sea, lo hace sentir mucho peor de lo que uno podría haberse imaginado.

De cualquier manera, a mí, no sé si por ser masoquista, me encanta hablar con las familias, me encanta abrazarlas, llorar con ellos, me encanta explicarles qué es lo que quieren saber. Y que muy sorpresivamente, siempre, digamos en el 99% de los casos, las familias querían saber todo. «¿Qué es lo que se encontró? ¿Qué parte del cuerpo falta? ¿En qué estado se encontró? ¿De qué manera murió?»

Lamentablemente, o no, nosotros, como forenses, entendemos los mecanismos de daño. Y bueno, todo eso es uno mismo el que les puede explicar, y no otros. Difícil.

Gustavo Szpigiel, director de Vis á Vis, junto al Dr. Ricardo Nachman, director de Medicina Forense de Israel
Gustavo Szpigiel, director de Vis á Vis, junto al Dr. Ricardo Nachman, director de Medicina Forense de Israel
  • El cuerpo en Israel es sagrado. ¿Cómo convive con su trabajo?

Bueno, nosotros entendemos desde el vamos la importancia que tiene el cuerpo desde el punto de vista religioso, incluso de aquellos que no son tan religiosos, de lo que significa para la familia.

Devolver un pequeño tejido de 10 centímetros y una vértebra de columna muy pequeña a una familia es algo supremo. O sea, uno no puede llegar a entender cómo puede ser que devolviendo unas pequeñas partes del cuerpo haría feliz, sumamente feliz, a una familia que no hubiera recibido nada y que es lo que necesitan para cerrar el círculo de esta muerte.

  • ¿Cómo lo maneja con su familia, su entorno? ¿Llora solo? ¿Descarga? ¿Cómo es?

Bueno, los chistes que yo hago son que, y ya me conocen allá, que yo soy argentino y crecí con telenovelas. Crecí llorando en la ficción y, bueno, obviamente en la realidad es mucho peor y me permito, hoy por hoy, no solamente en casa, me permito también en mi trabajo quebrarme, llorar.

He visto colegas míos quebrados mal, pero mal. Y me permito mostrarlo. Mi casa es un poco, a lo mejor, atípica. Porque en mi casa, fuera de los niños que tengo, tengo dos mayores, un nene de 22 años, la nena de 19. Siempre son nenes. Siempre son. La nena de 7 y el nene de 3 años, en el cual hemos tenido que hacer malabares para poder criarlos en toda esta etapa. Que todavía no terminó. Y atípica porque mi mujer, mi esposa, es la subjefa del área de ADN. O sea que codo a codo, hombro con hombro, hemos tenido que trabajar juntos, a veces en diferentes horarios, a veces a las noches peleándonos para ver quién es el que va a llegar primero a la mañana a seguir, después de, a lo mejor, dormir cuatro horas o menos.

  • El hecho de que su mujer también sea, de alguna manera, parte de este sistema, hace que, en alguna medida, se pueda aliviar un poco, ¿no? Aliviar en cuanto al entendimiento.

Exactamente, desde ese lugar lo digo.

  • ¿Qué conclusión obtuvo del registro de todos los signos de violencia en esta guerra?

Sin entrar en muchos detalles porque hay protocolos, el resumen que uno puede hacer de todo esto es lo que decía en un principio. Es ver el lado más oscuro del ser humano, ver el odio infinito para con la población mundial, porque es un problema mundial, no es un problema solamente de Israel. El odio total para la vida, para la libertad, para la democracia, para la paz. Y bueno, en cuanto a los daños corporales, ellos hablaban por sí mismos.

Entrevista de Gustavo Szpigiel, director de Vis á Vis, al Dr. Ricardo Nachman, director de Medicina Forense de Israel, en la embajada de Israel
Entrevista de Gustavo Szpigiel, director de Vis á Vis, al Dr. Ricardo Nachman, director de Medicina Forense de Israel, en la embajada de Israel
  • ¿Ustedes tienen claro aquellas personas que estaban con vida cuando las mutilaron, las quemaron?

Sí, sí, hay cuestiones…no es que mataron y después…no, no, no. Hay casos en donde, por ejemplo, en restos de cuerpo donde abrimos la tráquea y vimos el hollín, que te indica que la persona respiró en el momento que fue expuesta al fuego. En otros casos no pudimos descubrir eso, entonces uno presume si estaba vivo o no.

Yo a veces me pregunto cómo puede ser que la gente no entienda en el mundo que tenemos que dar más y más información sobre cosas que yo he visto, que no me contaron, y como si no fuera suficiente el hecho de que ellos mismos entraron en un país democrático, hicieron lo que hicieron, de la forma que lo hicieron, y se auto incriminaron de alguna manera. Haciendo esos videos…es terrible, es muy duro.

  • ¿Y por qué cree que gran parte del mundo no quiere ver esta realidad o lo justifica como un hecho de resistencia?

Bueno, eso es absurdo, ¿no? ¿Resistencia a qué, a quién? Hablemos del 2005, cuando Israel se retiró de los territorios ocupados, entonces de resistencia no estamos hablando. ¿De resistencia a quién? Es un discurso de la izquierda. A ver, digamos, izquierda, derecha, centro…los extremos. No importa quién sea. Es decir, para poder opinar libremente y profundamente tiene que estar ahí y ver lo que uno vive.

La gente de la Franja de Gaza vivió como pudo, sufrió durante muchísimos años toda la opresión, la represión, la barbarie del Hamás. Y nunca hemos dejado de sufrir toda lo que está colindando con la Franja de Gaza. No han dejado de sufrir los ataques terroristas de cada vez, cada tanto, un misil. Y bueno, la gente ahí ha crecido, niños han crecido en un sistema, en una realidad tremenda, ¿no? La gente no quiere ver por varios motivos.

Yo no soy un sociólogo, no puedo explicar todo. Es lo que yo opino como ser humano. La gente no quiere ver porque es más fácil para no sufrir, a lo mejor. Hay gente que no quiere ver porque, bueno, está en contra.

No importa lo que pase, no importa lo que se haga. Hay un judío de por medio, hay un israelí de por medio, entonces ya está, se ciega totalmente. Por algo les pasó. Si no, no puede entenderse como el excelentísimo secretario de las Naciones Unidas dice, «y bueno, es una lucha de liberación».

¿De liberación de quién? ¿Para darle paso a qué? ¿A un caos mundial de gente que no da respeto por la vida? Ok, puede ser. Entonces, se niegan a ver. Son las víctimas que van a ver en un futuro, ¿no? Porque el que no quiere reconocer, el que no quiere ver, lo único que va a pasar es que a ellos les llegue ese momento, en el momento que ellos no opinen como Hamás o Hezbollah o Irán, etc.

  • Usted estuvo en el tsunami de Tailandia en 2004. Y también en el terremoto de Haití. Pero ha dicho que el 7 de octubre ocurrió “todo lo que una mente humana normal no puede imaginar».

Superó todo por varios motivos. O sea, primero, empecemos por lo más importante. Es mi pueblo. Es mi hermano, es mi hermana, es mi hija, es lo mío, es mi familia. Y por sobre todas las cosas, también por la crueldad.

A ver, un terremoto, un tsunami, la caída de un avión, el incendio forestal en el Carmel del Norte en Israel, en su momento, son tragedias. Esto no fue una tragedia, esto fue una masacre. Esto fue un no respeto total y absoluto, rotundo para con la vida. Y encima ver la masa de gente, los resultados de todo este ataque, aún no lo supero.

Yo creí que estaba preparado para, en los casi 30 años que estuve en el servicio, para este tipo de cosas. Y bueno, me equivoqué.

  • ¿Está de acuerdo con esta nueva política, entre comillas, de comunicación, que no venía sucediendo, en la que se muestra casi todo? Más allá de lo que mostró Hamás…

A ver, yo viví durante todos estos años, desde el punto de vista profesional, una negativa total y absoluta de mostrar cosas. Eso por un lado. Hoy por hoy se ha abierto, gracias a Dios, la posibilidad de mostrar cosas, pero si creen que se mostró todo, no. No se mostró todo. No vimos, no vieron, no vieron todo. Y yo creo que, respetando a las familias, yo respeto todo, pero yo hubiera cerrado los ojos para poder mostrar todo lo que había que ver.

Porque el mundo tiene que ver la barbarie. El mundo tiene que ver la falta de respeto a la humanidad. Tienen que obligarse a las personas a ver todo lo que sucedió. Y obviamente no se ha mostrado todo.

  • ¿Una reflexión de cara al presente y al futuro de esta guerra?

La reflexión del presente es, por favor, que se haga todo lo imposible para regresar a las 100 personas muertas, vivas. Hay personas vivas, hay personas muertas que nosotros sabemos en un 100% que están muertas, y otras que no se sabe. Que las devuelvan ya, porque ya el tiempo de ellos se terminó hace mucho, mucho tiempo. Y un pueblo que no regresa a su gente no puede llamarse pueblo o país, etc.

Para el futuro, pido al mundo que esté alerta para con todo esto que, como yo siempre dije y digo, el terrorismo no conoce las fronteras. El terrorismo ataca en todos lados.

Al terrorismo no le importa morir porque ese es su fundamento para actuar. Y bueno, lo único que espero es que la unidad, la unión, no solamente estar más unidos en Israel, se lleve al mundo que cree que cada país se crea a sí mismo como un país libre, democrático, que respeta la vida, que respeta al prójimo. No quiero que me quieran ni como israelí, ni como argentino. Que me quieran como ser humano, o por lo menos que me respeten como ser humano. Nadie me tiene que amar, nadie me tiene que querer. No es eso, pero respetar al otro, respetar la vida, respetar la paz. Porque es la única manera que uno puede salir adelante y vivir más tranquilo.

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