Etti Schwartz, tía de Daniela Gilboa, habló de la liberación de su sobrina después de 477 días en el cautiverio de Hamás, informó Arutz Sheva.
“No puedo hablar mucho, pero me dijeron que comía una o dos pitas al día, hasta que se le inflamaba el estómago. A veces las chicas cocinaban para los terroristas, pero no comían. Daniela estuvo en un túnel, en la oscuridad, pero estaban juntas; esa es la suerte”, dijo a Kan.
“Aprendieron árabe con fluidez, hablaron con sus captores e incluso con los hijos de los captores”.
Naamá Levy, Daniela Gilboa, Karina Ariev y Liri Elbag comentaron que aprendieron árabe. Bromeando con la tripulación del helicóptero que las transportó desde Gaza, dijeron que debían hablarles en árabe porque ya no entendían el hebreo.
“Daniela se ve bien. Todavía tiene una bala en la pierna, que aún no se la han extraído. Se podía ver en el video de su captura que saltaba sobre un pie”, dijo su tía. “En cuanto a su estado de ánimo, está bien, sonriendo. Espero que siga así”.
Ruhama Elbag, tía de Liri Elbag, expresó su entusiasmo por su regreso a casa: “Liri siempre está en primera línea, siempre se la ve y se la escucha, es una bomba de energía”.
Ante las imágenes que la muestran sonriendo y saltando de alegría, transmitiendo mensajes de aliento al pueblo de Israel, afirmó: “Es como si no hubiera pasado un año y tres meses; ella sigue en primera línea. En lo que le respecta, logró regresar por sus propios medios”.
Aunque regresaron en condición estable físicamente, las soldados relataron que sus captores las trataron con dureza, y se refirieron a ellas como “las soldados”. Liri Elbag era la “líder de la banda”, ya que se hacía cargo de su cuidado y se comunicaba con los terroristas.
Dijeron que un rehén mayor las cuidó en los primeros días de su cautiverio, asegurándose de que tuvieran comida y pudieran bañarse. Más tarde se enteraron que fue asesinado.
Las 4 fueron trasladadas a menudo de un lugar a otro, incluso a la ciudad de Gaza, vestidas de mujeres palestinas. Fueron retenidas en edificios y en túneles subterráneos.
Relataron momentos de extrema privación. A veces se quedaban sin comida y temían de los ataques de las FDI en las cercanías.
La atención médica era escasa, sin duchas ni condiciones sanitarias durante meses. A veces se vieron obligadas a cocinar para los terroristas sin que ellas comieran y limpiar sus baños.
Se les prohibía tomarse de la mano o llorar juntas, lo que agravó aún más su estado emocional.
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INFRAHUMANO, CUANTA FORTALEZA PARA SOPORTAR,VEGAMENES HUMANOS, DE ESOS ANIMALES.