Un grupo de personas, que aún no fueron descubiertas, envió varias cabezas de cerdo a la Sinagoga de Roma, y el cuerpo de seguridad pudo interceptar otra bolsa que iba dirigida a la Embajada de Israel en esa ciudad.
Los paquetes llegaron a dos días del Día Internacional de Conmemoración del Holocausto y son interpretados como una ofensa contra la comunidad, ya que está prohibida la ingesta de este animal dentro de la Comunidad Judía. Pese a que la policía no pudo detectar quienes fueron los que produjeron estos ataques, los oficiales también encontraron una esvástica en un muro de un barrio al norte de Roma con un escrito que decía: «Holocausto, mentira».