Ioel Rothschild: »Siempre mi deseo de ser jugador profesional estuvo por encima de cualquier cosa»

Ioel Rothschild, jugador de Victoria Preussen Frankfurt de la Cuarta División de Alemania, dialogó con VIS A VIS acerca de su actualidad en el conjunto alemán, su decisión de irse a Europa, las diferencias entre el fútbol y la vida de allá con la de Argentina.
Rothschild, quien hizo inferiores en River, Ferro y San Lorenzo y quien también jugó en la reserva del Darmstadt 98, equipo de la Tercera División de Alemania, hizo un repaso de su carrera y contó sobre los clubes que jugó en FACCMA.

– ¿Cuál fue el motivo por el cual decidiste irte a jugar a Alemania?


A principios de 2012 se cumplía un año de mi lesión, estaba sin jugar y con ganas. Un día me llamó Jony Steingard, técnico de Juveniles en Csis, proponiéndome un proyecto de formar un gran equipo y ayudarme paralelamente con ponerme a punto en lo físico y futbolístico. Sin dudarlo, dije que sí y fue el principio de un año muy bueno en lo personal y grupal, con un subcampeonato y quedando como goleador de la Copa de Oro. Cuando terminó ese año, me presenté en Argentino de Merlo y una semana después me dijeron que me querían fichar. En ese mismo momento, mi papá se iba a Alemania a trabajar y yo, al haber nacido ahí y con ganas de crecer, decidí que era el momento para hacerlo y me fui. Jugué inferiores en varios equipos, pero nunca algo semejante a lo que iba a afrontar.

– ¿Qué podés contar sobre el fútbol alemán?


Es un fútbol muy distinto al argentino. Es más físico, tenés que tocar rápido porque si no te comen. No les gusta que quieras amagar a cinco jugadores. Para ellos un buen gol es de muchos toques a gran velocidad y definiendo sin dar vueltas. Los árbitros son algo que me sorprendió bastante, ya que cobran todo lo que es contacto. Me costó acostumbrarme a eso. Pensá que el primer partido hice siete fouls en el primer tiempo. Después les pude empezar a sacar provecho fabricando faltas dentro o cerca del área.

– ¿Te costó la adaptación a Alemania teniendo en cuenta el idioma por ejemplo y sabiendo que tuviste que dejar a tu gente cercana en Argentina?


Desde el minuto que despegué sabía a lo que me enfrentaba, pero siempre mi deseo de ser jugador profesional estuvo por encima de cualquier cosa. Me fui dejando a mis amigos, novia y a mi familia. Es algo que todavía sufro. Fuera de la cancha, la adaptación es algo que me costó bastante. Muchos de los compañeros que tuve durante este año no sabían inglés, lo cual nos dejaba sin idioma en común y es algo que, tanto a mi como a ellos, nos fastidiaba mucho. El jugador de fútbol suele ser alguien muy expresivo y con cosas para decir permanentemente, desde chiste hasta cosas que tienen que ver con el juego. Y el hecho de no tener cómo expresarlo, me hacía sentir incompleto. Estudié tres meses de alemán,  lo cual me ayudó mucho y me junto con gente de afuera del ámbito futbolístico que estaba en idéntica situación a la mía. Con el tiempo me fui soltando y cada vez sintiendo mejor con los chicos, conmigo y con mi nueva vida y sin dudas que repercutió de manera muy positiva en los partidos.

                                  

– ¿Hay futbolista judíos allá? ¿Te tocó compartir equipo con alguno?


No, no compartí con ningún jugador judío ni israelí. Sí tuve compañeros japoneses, turcos, españoles e italianos que me hicieron abrir mucho la cabeza. Es una experiencia única que la estoy pudiendo aprovechar.

– ¿En qué equipos jugaste de FACCMA?


Estuve en Macabi y en Csis. En el equipo de San Miguel jugué algunos años en la categoría 93, ya que me llevó mi primo Nico Duer, y los chicos del equipo me abrieron la puerta e incluyeron en el grupo a pesar de ser más chico que ellos. Y en el Csis jugué desde séptima hasta primera, siempre va a ser el club que amo y donde los colores me movilizan.

– ¿Cuál es tu sueño?


La respuesta fácil es jugar en el Barcelona – entre risas. Pero no, no sabría responderte la pregunta con una sola frase porque para haber tomado la decisión de jugar profesionalmente a los 17 años y, después de un año, haber jugado en la Reserva de un equipo de la Tercera División de una liga europea y, aparte, siendo el goleador de mi equipo en la Primera de un club de la Cuarta División, eso para mi ya es un sueño. Ahora quiero seguir trabajando, poniendo el foco en seguir aprendiendo y crecer. Apenas llegué a la Argentina, antes de ver a mis amigos y a mi familia, me junté con un Marcelo Simonetti, preparador físico de River, para entrenar y hace dos meses que lo estoy haciendo en doble turno todos los días. Eso me hizo dar cuenta que mi sueño es llegar hasta donde la capacidad dé, pero cada vez que entreno y juego mis capacidades son más grandes, y trabajando se ganan las cosas.
Y dejame agradecerle a mi familia y amigos que durante este tiempo me bancaron en todas y me dieron fuerzas para mejorar cada día a pesar de la distancia, y a mi viejo y mi abuela que están allá conmigo mimándome en cada momento duro y gritando en cada gol.

 Eduardo Rubin

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