«El martes fue la fiesta de disfraces en el boliche Cerebro. Los dos colegios viajaron con la misma empresa: Baxtter. Los coordinadores dan horarios, y uno de ellos es el que tenés que estar vestido abajo en el lobby del hotel para que salgan los micros para el boliche. El primer error grave es que coordinadores de los grupos, personal de seguridad de ese hotel y alumnos de otros colegios no repudiaron esta situación y dejaron que este grupo haya salido del hotel así, disfrazados de Adolf Hitler con ropa y «accesorios» (bigotes, brazalete con cruz esvástica, etc)», afirmó en un principio la alumna.
«Al llegar a la puerta del boliche, gente de seguridad (del boliche) notó esta situación y nada más les sacaron los brazaletes rojos con la esvástica dibujada. Pasaron al boliche igualmente, disfrazados de Hitler, sin el brazalete. Parece que este grupo no tenía ganas de quedarse sin su disfraz y es por eso que esta vez se dibujaron en el pecho y en los brazos el símbolo nazi», continuó en su relato.
Luego, aportó un dato más que interesante: «La pelea empezó días atrás con este mismo grupo de chicos, cuando a algunos de los alumnos del colegio Pellegrini los insultaron contra su religión. Ante esto, ellos reaccionaron y en el boliche «Bypass» sacaron a los dos grupos sin saber qué era lo que realmente había pasado».
Posteriormente, la chica dijo: «El día de la fiesta de disfraces, los chicos de ORT vieron que un grupo de personas estaba disfrazado de Hitler y fueron a decirles qué hacían así vestidos, ya que la reacción al verlos era muy impresionante, muy fuerte y generaba impotencia y bronca. El grupo de Lanús sabía que eran de religión Judia y ahí hubo una discusión fuerte con insultos muy feos. No hubo realmente ‘piñas’ como se dijo en todos lados. Los sacaron del boliche, pero por suerte no salió nadie lastimado». Y agregó: «Es un antes y un después para muchos. Te hace pensar muchas cosas y replantearte todo».