Una pareja israelí se unió esta semana a la creciente lista de víctimas de la pandemia de coronavirus.
Se trata de Adnan y Jakmat Masri (84 y 83 años), del pueblo de Makr en el norte de Israel. Estuvieron casados durante 64 años y criaron juntos una familia numerosa: seis hijos, 28 nietos y 46 bisnietos.
“A principios de este mes mi mamá se sintió mal. La llevamos a la clínica del pueblo y de allí la trasladaron al Hospital Carmel en Haifa», contó su hijo Gassan. «Resultó que estaba infectada con coronavirus y su condición era grave. Al día siguiente, mi papá también se sintió mal y en cuanto se confirmó que también estaba contagiado, lo enviaron al hospital. Los internaron en la misma habitación, uno al lado del otro», detalló.
A su vez, Gassan agregó: “Mi madre cuidaba todo el tiempo de mi papá. En los últimos días, cuando su estado se deterioró, él esperaba que se despertara. Nos decía: ‘No se preocupen, todo va a estar bien, canten canciones y sonrían, mamá se recuperará pronto’”.
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Pero el martes, Jakmat falleció a la edad de 83 años. Después de su muerte, el estado de su esposo Adnan empeoró de forma repentina y murió el día siguiente, también a causa del COVID-19.
“Recibimos una llamada telefónica del hospital diciendo que su estado había empeorado. Tenía dificultad para respirar. El personal médico finalmente determinó su muerte. Esperábamos que le dieran el alta y regresara a casa, pero en pocas horas se derrumbó”, expresó el hijo.
“En los últimos días, ante la situación, nos encontramos todos en el hospital. Los extrañábamos mucho y esperábamos poder abrazarlos cuando todo terminara, pero al final los perdimos”, agregó Gassan. «En nuestra familia somos muy estrictos con las reglas del Ministerio de Salud. Nuestros padres nos pidieron a todos que respetemos las reglas y no subestimemos al virus».

Finalmente, dijo: «Tuvimos unos padres maravillosos. No pasábamos un día sin verlos o hablar con ellos de cosas interesantes. Nos duele tener que organizar un velorio restringido y que las condolencias tengan que ser por teléfono. Pero es la situación y tenemos que aceptarla».
Vía Ynet