Etti nació el 12 de septiembre de 1930 en Costicen, en ese entonces parte de Rumania. De chica se mudó junto a su familia a Kishinev, ciudad que pasaría a ser parte de la Unión Soviética en 1940.
Con el comienzo de la Operación Barbarroja, los nazis avanzaron sobre la ciudad. Los abuelos de Etti fueron deportados y murieron en el camino. Ella, sus padres y su hermana fueron enviados al gueto de su ciudad. Allí, Etti trabajó desagotando sótanos, mientras su padre, que era médico, montó un centro de salud en una escuela, lo que le permitió a la familia de Etti eludir las deportaciones. Volvieron a vivir en la ciudad en 1943 cuando el avance ruso era inminente.
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En 1944, el Ejército Rojo recuperó la ciudad y el padre de Etti comenzó a atender a soldados soviéticos. Hacia el final de la guerra, Etti y su hermana Saia fueron enviadas por sus padres a Tekuch y luego a Bucarest.
Como Etti tenía familiares en el país, decidieron venir a Argentina: viajaron desde Rumania a Italia, desde donde zarparon. Pudieron ingresar con documentación falsa y se asentaron en Burzaco, provincia de Buenos Aires, donde el padre de Etti trabajó como médico hasta su fallecimiento.
En Argentina, Etti se casó, tuvo tres hijos y un nieto. Formaba parte del Programa de Sobrevivientes de @fundaciontzedaka
En estos momentos de dolor, acompañamos a su familia y amigos. Su memoria seguirá siendo honrada en cada una de nuestras acciones.