El tribunal militar de Israel extendió la prisión de Bassem Saadi, el líder de la Jihad Islámica detenido el 1 de agosto.
La prisión del terrorista se prorrogó hasta el 16 de agosto y desde Israel afirman que no tienen intenciones de liberar a los prisioneros antes de tiempo.
Saadi tiene 61 años y estuvo preso al menos siete veces según notificó el Shin Bet (agencia de inteligencia de Israel).
Según las fuerzas de seguridad, el terrorista “trabajó aún más en los últimos años para restaurar las actividades de la Jihad Islámica”.
El pasado miércoles, Benny Gantz, ministro de defensa de Israel, dijo que “no se hizo ninguna promesa de liberar terroristas” aunque aclaró que “habrá un diálogo”.
“Al-Saadi fue arrestado correctamente y no conozco ninguna promesa de liberar a los terroristas”, continuó el ministro.
Según Gantz, la Jihad Islámica “es una organización más débil que Hamás, que es más débil que Hezbolá”, informó The Times of Israel.
“No es algo que deba subestimarse, tenemos que tratar a nuestros enemigos de la misma manera, grandes y pequeños”, sentenció.
Tras el arresto del líder terrorista, comenzó una escalada de violencia entre la Jihad Islámica e Israel.
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Los combates duraron casi tres días hasta que Egipto medió entre las partes y lograron un cese al fuego, que se mantiene hasta la actualidad.
Tor Wennesland, representante de la ONU para el Medio Oriente, dijo que “el alto el fuego en Gaza es muy frágil” y le solicitó “a todas las partes que mantengan la calma”.