El 11 de septiembre de 2001, una tragedia que costó la vida de 2996 personas, sacudió a Estados Unidos y al mundo cuando dos aviones comerciales, secuestrados y piloteados por terroristas suicidas, impactaron deliberadamente contra las Torres Gemelas, a la vez que un tercero lo hacía contra el Pentágono. Una cuarta aeronave, se estrelló en un descampado.
Estos sangrientos atentados fueron planificados y financiados por la red terrorista Al-Qaeda.
Lamentablemente nuestro país fue dos veces escenario del terrorismo internacional, en 1992 contra la Embajada de Israel y en 1994 contra la sede de la AMIA-DAIA.
Los actos de terrorismo pueden desestabilizar gobiernos, socavan la sociedad civil, ponen en peligro la paz y la seguridad. También amenazan al desarrollo social y económico, y afectan negativamente la consolidación de las democracias y sus pilares.
En ocasión de cumplirse 22 años de aquellos hechos, la DAIA evoca la memoria de sus víctimas. Además, destaca la importancia de hacer justicia efectiva y sin demora evitando derramar un manto de impunidad que perpetúa las posibilidades de que se repitan.
El ataque, la prevención y la persecución del terrorismo deben constituirse en políticas de Estado.
El problema sigue vigente y nuevas amenazas ponen en jaque al mundo libre.
La acción violenta ejecutada por personas al servicio de una organización terrorista, agrede a la trama social con la intención de infundir miedo y paralizar, instalando la incapacidad para el diálogo y la fraternidad entre los seres humanos.
This text iis worth everyone’s attention. Hoow ccan I
find outt more?