Viejo, nuevo y eterno antisemitismo. Por Martha Wolff

Viejo, nuevo y eterno antisemitismo. Por Martha Wolff
Viejo, nuevo y eterno antisemitismo. Por Martha Wolff

El haberse colocado la Estrella de David obligatoria a los judíos en el nazismo del Embajador de Israel en la ONU ha sido muy fuerte y criticado.

Y todo es según cómo se quiera ver, sentir, criticar o aplaudir esta actitud porque de una u otra forma siempre nos han señalado.

Si nos remontamos a la historia los judíos fueron siempre discriminados  ya sea con distintivos, colores, sombreros, aplicaciones en sus ropas y condenados como enemigos, diferentes, indeseables e infinidad de términos.

Si a los judíos no los estigmatizaban directamente lo hacían señalándolos, condenándolos en guetos, multas, impuestos, despreciados o pagando con sus vidas.

Pero si somos honestos  hay que decir las cosas como fueron y son: ¡Nunca nos han querido! Y no nos han querido porque el odio se remonta a no haber declinado ser judíos ante invasiones, conversiones y proscripciones.

Si dejamos los prejuicios a los que fuimos sometidos y el miedo a hablar, la verdad es que nunca le faltó a ningún judío que al decir que lo era o es alguien no lo haya ofendido o halagado con una mezcla de simpatía o tolerancia.

Si siempre se dice, entre tantas cosas, que si uno es judío, automáticamente quedas marcado, fichado y a veces con un adjetivo, palabra, concepto o agregado.

Si entre gentiles contás la historia de tu familia perseguida, aniquilada, diezmada, perdida, dispersa en la diáspora o viviendo en Israel se acongojan, cuentan que vieron películas y documentales por televisión, que leyeron libros y se compadecen del sufrimiento, que detestan lo que pasó  y se consolidan con lo que Israel significa para el pueblo judío.

Si trabajás en una institución judía seguro que pasa por la mente de los no judíos porqué no lo hacen para beneficios locales y la contestación es que si no nos defendemos y ayudamos entre los judíos o nadie lo hace ni lo hizo y si los hubo fueron minorías.

Si los judíos colocamos una mezuzá en la puerta de sus casas es tan legítimo como una cruz, un santo  o el árbol de Navidad, pero para  los no judíos saben que lo sos, algunos de buena fe preguntan de qué se trata y va la explicación que es una bendición, para los de mala onda es un dato.

Si cuando llegan las fiestas tradicionales judías se desvía el tráfico para que los fieles puedan asistir a sus templos se escuchan protestas, así como en las puertas de los colegios de la colectividad en las que se toman medidas de seguridad, se colocan las vallas, se les hace preguntas a desconocidos que quieren entrar a las instituciones y todo eso molesta.  Parecería que la población olvidó los dos atentados terroristas a la comunidad judías en nuestro país.

Si por ventura cualquier judío tiene un problema, discusión, litigio, conflictos que surgen de la convivencia, dependencia laboral, peleas entre amigos, rivalidad entre compañeros de trabajo, estudio, deporte u opiniones políticas nacionales o internacionales, nunca falta el despreciable  decir: “Tenías que ser Judío” o “Judío de Mierda”, dependiendo de la intensidad de la bronca.

Si participás  a tus amigos que no son de la colectividad de tus alegrías siempre está la emoción de ir por ejemplo a un casamiento judío en el que se come muy bien comidas típicas y también porque son muy alegres. Y si es por un Bar Mitzvá aceptan porque nunca entraron en una sinagoga y aprenden que es como tomar la comunión en la que los adolescentes se comprometen con su religión. Pero faltaba el comentario cuando hay una circuncisión y porqué se les corta el pito, y se le aclara que no es una castración…y así vivimos dando explicaciones y esperando los agregados al margen que surgen entre buenas y malas intenciones de los que conviven con judíos.

Si hay guerra en Israel van los elogios al ejército, a la seguridad famosa en el mundo,  a que es un ejemplo a imitar  lo que se hizo en territorio más pequeño que la provincia de Tucumán que está a la cabeza en el mundo en medicina, tecnología, agricultura, armamento, economía y ciencia en general. Pero a partir del 7  de octubre toda esa admiración se tiño de negro y se produjo un quiebre por la ignorancia sobre el conflicto  y la diferencia entre los palestinos, terroristas  e israelíes. A pesar de lo visto y oído hay mucha indiferencia ante la matanza, degollamiento, violación, incendios de cultivos, campos, hogares, vidas además de robar y llevarse rehenes desde bebés a ancianos. Ese pogromo actuó drogado y bajo un mandato religioso convirtiendo un infierno de cadáveres y destrucción a judíos por serlo.

Sí, al mundo  le costó  y cuesta entender que atacaron cobardemente, declarando una guerra entre combatientes  contra civiles indefensos  y qué pasó…el amor por el judío cambió, se dividió, se destapó de resabios educativos y xenófobos.

Por todo esto y mucho más si sos judío sabrás que solamente sos libre defendiendo el Estado de Israel  y estar dispuesto  a responder ante el viejo, nuevo y eterno antisemitismo.

Martha Wolff

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