Nadie debe callar frente al antisemitismo. Por Lic. Claudio Avruj

La guerra declarada por el terrorismo de Hamas contra Israel, despertó en todo el mundo una furibunda y brutal ola de antisemitismo bajo la excusa del antisionismo. Todos somos víctimas de su accionar. Por sus insultos y amenazas que escuchamos y vemos permanentemente en las manifestaciones multitudinarias que se suceden en las calles y plazas de las ciudades europeas y en los países árabes. En editoriales y programas periodísticos absolutamente parciales. En los discursos de los líderes del terrorismo, de dirigentes y clérigos fundamentalistas, que se alejan del Islám. Asistimos espantados de su presencia en las Universidades Americanas como nunca jamás, y en las casas de Altos Estudios de aquí.  Lo constatamos a cada instante en las redes sociales, especialmente aquellos que hemos tomado un rol activo. Un sentimiento judeofobico visceral como hacía tiempo no experimentábamos. Lo comprobamos en los organismos de derechos humanos nacionales e internacionales que han tomado partido en pos de la ideología, en las Organizaciones de las Naciones Unidas destinadas a cuidar los derechos humanos y trabajar contra la discriminación. Sabemos por denuncias, que el antisemitismo se da con absoluta impunidad en los lugares de trabajo. Lo vemos en nuestra cotidianeidad.  

Lo debemos admitir, sin llegar por suerte a hechos violentos que lamentar, el antisemitismo se presenta prepotente e impune en nuestra sociedad favorecido por el silencio de la mayoría de los argentinos que asisten como si fuera un problema ajeno, y por las vergonzosas contradicciones permanentes, cuando no cómplices del gobierno argentino, que no condena al terrorismo con firmeza, no lo llama por su nombre y lo iguala con el legítimo derecho a la defensa de Israel, en el mutismo de los funcionarios en todas sus instituciones y dependencias frente al antisemitismo. Un decir en silencio que afirma que no importa.

Es en este contexto que irrumpe en la opinión pública nacional el Foro Argentino contra el Antisemitismo que integro desde su creación, y que como está escrito en su carta fundacional nace: “para enfrentar el antisemitismo en nuestro país, y el mundo y trabajar por una sociedad  plural y libre, en la comprensión de que desde el 7 de octubre pasado, no solo Israel y el pueblo judío está en peligro, sino los valores occidentales que garantizan la libertad, la pluralidad, la diversidad y la tolerancia.”

A lo largo de estos días, fueron muchos quienes se me acercaron consultando si esto competía o dañaba a la DAIA. La respuesta es no, absolutamente no. El Foro Argentino contra el Antisemitismo no debe ni puede ser visto como una amenaza ni competencia. Jamás acompañaría ninguna acción que intente deslegitimarla o perjudicarla. Puedo ser crítico de acciones específicas llevadas a cabo, critico de decisiones adoptadas, y señalar omisiones importantes, pero fui, soy y seré siempre un defensor a ultranza de la necesidad que de ella tenemos.  Se de su única y maravillosa historia de 88 años de aportes, logros y frustraciones, de su potencialidad, sobre la misión que le es propia y los desafíos que tiene por delante. 

Alejado de todo modelo institucional, estructura burocrática y ambición de poder, el Foro, (FACA), es una red donde hombres y mujeres de distintos espacios, ideologías y pertenencias religiosas confluyen haciendo oír su voz, respondiendo, explicando y educando.  Lo hacen desde el arte, la política, la docencia, el periodismo, la escritura, el pensamiento, con el conocimiento y compromiso individual puesto al servicio de todos. Un conjunto de voluntades para quienes el silencio y la pasividad no es alternativa posible.

Leer más – Cancelaron las reservas de hotel de Roger Waters: el músico denuncia «un lobby israelí»

Quizás nos sirva recorrer la historia. Asi como la brutalidad y crueldad del ataque de Hamas nos lleva a definirlo como un progromo de nuestro tiempo que nos trae las imágenes del pasado, de la Rusia Zarista y del nazismo luego, el antisemitismo al que asistimos hoy me permite ir al año 1933, precisamente al día 22 de marzo, cuando al conocerse los primeros atropellos nazis en Berlín, un grupo de dirigentes judíos se reunió en Buenos Aires para considerar como reaccionar contra esas agresiones. Como resultado quedó constituida una comisión que organizó un importante acto de protesta en el Luna Park. 

Esa movilización multitudinaria, que puede verse en los viejos archivos, contó con la solidaridad de los partidos políticos, las organizaciones sociales, gremiales, profesionales y religiosas. Nadie, salvo obviamente los grupos filo nazis y nacionalistas, quedó afuera. Aquella comisión constituyó luego el Comité contra las persecuciones de judíos en Alemania, que un año después se llamó Comité contra el Antisemitismo.

Esos pasos, fueron la simiente para la creación de la DAIA en 1935.

Noventa años han transcurrido desde aquellos sucesos de 1933 a los de hoy en que nuevamente se impone la movilización de todos, cada uno desde su lugar, en sus posibilidades, con sus propias armas. Todos sumando con el único objetivo de seguir apostando por los valores de la vida, la dignidad, la libertad. 

Leer más – Mis gloriosos hermanos macabeos. Por Victor Zajdenberg

En la lucha contra el antisemitismo nadie puede hacerse el distraído. Sabemos que la cobardía empodera al enemigo y que el silencio se torna en complicidad.

Y es que frente al antisemitismo todo tenemos una obligación. Yehuda Bauer, el gran intelectual israelí, historiador y experto en Shoá enseña: No serás un perpetrador, no serás una víctima. pero por sobre todo no serás un espectador.

#NuncaMasEsAhora

Por Lic. Claudio Avruj