La emotiva canción que un amigo músico le dedicó a Noam Cohen, sobreviviente de la masacre de Hamás en el festival Nova

Noam Cohen
Noam Cohen

Noam Cohen sobrevivió a la masacre de Hamás en el festival Nova escondiéndose debajo de cadáveres.

Maor Ashkenazi, artista musical y amigo de Noam, escribió una canción de la terrible experiencia que vivió con un videoclip que eriza la piel.

 

Durante todo el video se ven imágenes que representan lo más significativo que tiene esta canción: los hechos reales.

Va desde personas bailando felices en el Festival Nova hasta cómo Noam se escondió entre víctimas asesinadas y el haber logrado escapar de los terroristas de Hamás.

Además, las diferentes frases, impactantes, de lo que le tocó pasar al sobreviviente.

La letra de la canción:

Conduciendo dentro del auto, terroristas nos disparan. Nunca olvidaré. Entro al refugio, llamo a mi padre, espero que ya esté despierto.

No hay dónde escapar, escucho una explosión y estoy lleno de sangre. Salí, con suerte la mayoría de mi cuerpo sobrevivió pero mi cabeza todavía está allá. Por más de dos semanas no he dormido. No olvidaré a Lazar en el auto.

Quiero liberarme de esto, sentirme diferente, pero el balazo en mi pierna siempre me lo recuerda. De repente todos sienten lástima, estoy harto. No quiero hablar más de eso.

No olvidaré cuando me cubrí con cadáveres para evitar que las metrallas penetraran en mi cuerpo. No olvidaré al hombre que le rezaba a Dios ni toda la sangre salpicada en mi cara. No olvidaré el olor de los cuerpos quemados ni el humo que llenaba el lugar. No olvidaré a las personas gritar ‘ya vienen las FDI’, pero en vez de eso llegaron terroristas en camionetas.

Abro los ojos y me doy cuenta de que estoy vivo, muevo los cuerpos muertos de mis amigos. Un hombre sin una pierna me agarra los zapatos, pero si yo lo protejo, ¿quién me protegerá?

Mi vida, todo lo que quise ser toda mi vida, pasa por mi cabeza en unos segundos. Entre los disparos pienso si vivir o morir. Entiendo que no hay opción, tengo que intentarlo. Me asomo con cuidado por la entrada del refugio, espero ver a alguien que hable hebreo.

De repente, un auto con judíos pasa, corro y les suplico que me abran la puerta y le grito al conductor que conduza rápido. Me acuesto en los asientos traseros y me escondo. Mi pierna sangra pero todavía no estoy muerto. Todavía no lo entiendo, pero pude escapar.

Quizás mi cuerpo sobrevivió, pero una parte de mí murió. El día que Raz se convirtió en un recuerdo. Quizás no soy realmente fuerte porque, hermano, cuando veo fotos tuyas me ahogo.

Todo lo que sucedió, no lo olvidaré. Pero no dejaré que esos salvajes ganen. Por las noches todavía tengo pesadillas, pero nadie va a borrar la sonrisa de mi cara».

Para Noam, y miles de israelíes, todos los días son 7 de octubre.

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