Se dio a conocer el primer candidato en la carrera por la presidencia de la DAIA

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En noviembre de este 2024 culminará el mandato de la comisión directiva de DAIA encabezada por Jorge Knoblovits. Previamente habrá elecciones para elegir al nuevo presidente. Vis á Vis presenta al primer candidato a la presidencia y su proyecto: es Raúl Woscoff, abogado, fue dirigente político en la Unión Cívica Radical, exasesor de la Unidad Especial del Atentado a la AMIA y escritor. Es de la ciudad de Bahía Blanca. Este es su programa.

        MI ANÁLISIS Y PROPUESTAS

El universo judío argentino carece de certezas numéricas en cuanto a la cantidad de sus miembros; ello es consecuencia de la dificultad de abordar una definición sobre los caracteres esenciales del “ser judío”.

No obstante, se arriesga que 250.000 personas lo integran. Otros prefieren apuntar a un 0,5% de la población total de la Argentina.

La DAIA, compuesta por 140 entidades judías, la mayoría ubicadas en CABA y alrededores, más las delegaciones del interior, intenta el monopolio de su representación.

Del total de judíos de Argentina el 80% reside en la ciudad de Buenos Aires, dándole una connotación “capitalina” a la institución, que evidencia una acentuación de ese rasgo atemperado en épocas anteriores por diferentes factores.

EL CONTENIDO ESENCIAL DE LA MISIÓN DE LA DAIA –EVOLUCIÓN

La institución nació en 1935 para luchar contra el flagelo del nazismo y  probablemente mantuvo una condición irregular como persona jurídica con el fin de que gobiernos autoritarios no la pudieran intervenir. Muchos comportamientos de esa época se incorporan, según los politólogos, al ADN institucional, y a veces emergen en circunstancias de renovada regularidad institucional.

La antigua “comisión ad hoc”, primer filtro para habilitar candidatos, evidenció, en muchos casos, notorias arbitrariedades.

Esa misión esencial, luchar contra el antisemitismo, fue incorporando, a tenor de las circunstancias internacionales, nuevos matices como por ejemplo “el sionismo es una forma de racismo”.

También extendió su lucha contra la discriminación a diferentes colectivos bregando por el tratamiento igualitario para sus miembros.

La centralidad de Israel involucra a la institución en los vaivenes de los conflictos bélicos y sus consecuencias.

No cabe duda que su condición de grupo de presión y su intento de mejorar los instrumentos para hacer más eficiente su gestión trae aparejado una relación con todas las expresiones políticas: gobierno, oposición parlamentaria y extraparlamentaria, etc., quedando excluidas aquellas expresiones de izquierda o de derecha que no ocultan su intención de alimentar la destrucción de Israel y del pueblo judío.

LA REPRESENTACIÓN DE LA COMUNIDAD JUDÍA.

Con excepción de los intentos fracasados de configurar “un parlamento judío”, atribuyendo en todo el país un voto a cada sujeto que se considerara judío, que ya quedó en el olvido, la entidad de tercer grado, a lo largo de su historia, no tuvo la representación univoca de la comunidad judía argentina. En las diferentes épocas existieron grupos de personas que reivindicaban su condición judía y que quedaron fuera de ese sistema de representación. Tal el caso del ICUF, aún cuando esta institución llegó a intentar participar en elecciones de la Amia, para luego desarrollar su propio camino.

Su expresión actual, con la salvedad de hacer una simplificación exagerada a los fines de este texto, el autodenominado “Llamamiento argentino judío”, intenta “la representación política de un sector progresista de la comunidad judía”, según sus propias reivindicaciones, se vio favorecido por el Kirchnerismo en la búsqueda de un interlocutor institucional judío y, probablemente, por el acercamiento, tal vez exagerado, de la DAIA a las expresiones políticas opuestas a aquel.

El análisis de las actas fundacionales del “Llamamiento” revela la existencia de un sector sionista que en las críticas a Israel debía diferenciar como destinatario al “Gobierno de Israel” y no al “Estado” y que ello requería un análisis y decisión expresa en cada caso que se manifestara una opinión al respecto.

El interior del país, con una veintena de delegaciones, se convoca en un “Consejo Federal” y su presidente tiene asegurada, conforme el estatuto de la DAIA, una vicepresidencia, y otros de sus integrantes diferentes cargos en su ejecutivo.

Algunas delegaciones tienen escaso peso cuantitativo porque, lamentablemente, sus comunidades viven procesos demográficos descendentes y de asimilación.

El aspecto cuantitativo de algunas de las 140 instituciones que integran la DAIA revela idéntica fragilidad.

La provincia de Buenos Aires, ante graves episodios ocurridos durante la gobernación de Duhalde, mostró una “DAIA PROVINCIAL” que actuó de hecho y estuvo conformada por las delegaciones de La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca. Se trató de una apelación práctica ante las demoras que generaba la “Central” en la evaluación de las cuestiones con impacto en la provincia de Buenos Aires. Esas tres delegaciones comenzaron a reunirse con el secretario de seguridad de la provincia, Dr. Carlos Arslanian, informando luego a las instancias centrales.

Un aspecto importante a considerar es el de la Amia. Con casi 30.000 socios sufre su propia crisis de representatividad habiendo votado en la última elección 9395 socios, es decir, un tercio del total. La lista ganadora, el BUR, obtuvo 5057 votos, UNA AMIA  3591 y SOMOS AMIA 734. Hubo 9 votos en blanco y 4 anulados. Su condición de víctima institucional del atentado del 18 de julio de 1994 la ubica en un lugar importante en cuanto a su actuación procesal y a las propuestas de instrumentos jurídicos tendientes a obtener Justicia en la causa judicial, como por ejemplo el “juicio en ausencia”.

Por la condición apuntada sumado a su importante actividad mutual mantiene relación con los diferentes gobiernos nacionales y ello, en algunos aspectos, es visto como que superpone su actividad con la de la DAIA en las relaciones institucionales. La AMIA debe tener autonomía pero es fundamental que por su condición de miembro de la DAIA y fundamentalmente porque su función es otra, no colisione en su accionar con la institución de la que forma parte para lo cual va a resultar imprescindible trabajar en forma articulada.

LA DICTADURA – EL ATENTADO A LA AMIA

La DAIA se vio atravesada en su historia por estos dos hechos traumáticos de la historia argentina.

Es un dato innegable la alta cantidad de desaparecidos judíos durante la dictadura: un 13% del total cuando constituimos un escaso 0,5% del total de la población del país. Como acotación, se toma el total de 30.000 desaparecidos, aunque los números no cambian sustancialmente si se tomaran los 22.000 admitidos por la embajada norteamericana o igual número enviado a Santiago de Chile, en 1978, por la inteligencia chilena desde Buenos Aires en el marco del Plan Cóndor.

Más allá de alguna autocrítica realizada respecto a la actuación de la DAIA en dicho período de la historia del país, se advierte que sobreviven ciertos cuestionamientos del pasado que es menester cerrar y aún no obteniéndose este resultado, el intento es en sí mismo un progreso y un cambio de perfil institucional.

“La Asociación de desaparecidos judíos” existe desde 1994. Se desconocen invitaciones o intentos de acercamiento o programas propuestos por la DAIA en esa relación.

Por su parte, el luctuoso atentando a la AMIA-DAIA  resulta central en la actividad de la institución.

El mantenimiento del incesante reclamo de justicia a través del rol de querellante en la causa-madre es un aspecto irrenunciable. Para ello consideramos imprescindible profundizar en el análisis del instituto de JUICIO EN AUSENCIA para obtener la sanción de una Ley por parte del Congreso de la Nación no sin antes dialogar y escuchar las opiniones de todas las agrupaciones de familiares de las víctimas como asimismo de algunas otras instituciones representativas.

Este compromiso obliga a extremar todos los medios para lograr que la mayoría de las instituciones judías, representadas o no en la DAIA, mantengan una relación con estos objetivos para acompañarlos o, al menos, no obstaculizarlos.

En ese escenario, la DAIA también debe dialogar con todas las querellas presentadas en la causa Amia.

LA DEFINICIÓN DE ANTISEMITISMO DE LA IHRA.

Los alcances de esta definición constituyen un factor gravitante atento las múltiples adhesiones institucionales que recibió en todo el país y su cita en varios precedentes judiciales.

Turquía, que ha considerado a Israel incurso en genocidio por su autodefensa derivada de ataques provenientes de la Franja de Gaza, es observadora en la IHRA. Es importante analizar qué estrategia se elaborará desde la DAIA en relación a su embajada en Argentina por esta dualidad, más aún desde que, recientemente, un ministro del gobierno israelí ha reconocido el genocidio armenio al rechazar las imputaciones del gobierno turco.

Durante el año 2021 Colombia y Brasil solicitaron la adhesión a la IHRA ¿Se percibe alguna estrategia institucional sobre el particular para llevar al Congreso Judío Latinoamericano?

Es conveniente una intervención de alto voltaje de la DAIA en el grupo que se reúne en Buenos Aires, con la representación diplomática argentina ante la IHRA. Ello gravitará en el debate parlamentario que se avecina sobre la reforma de la ley antidiscriminatoria, punto al que me referiré ut infra.

LOS TEMAS DE AGENDA DE LA DAIA Y MI TRAYECTORIA PERSONAL

Al ingresar a la página web de la DAIA advierto que en el desarrollo de mi actividad como dirigente comunitario me he visto involucrado en los temas de su agenda.

La Ley antidiscriminatoria: Inicié mi actividad como presidente de la filial Daia de Bahía Blanca en la etapa final de la dictadura (1976-1983). Era un joven abogado de menos de treinta años. Presidía la DAIA el Dr. Sion Cohen Imach. Al sucederlo el Dr. David Goldberg, la DAIA inició una actividad decisiva procurando la sanción de la ley antidiscriminatoria que propuso el Dr. Alfonsín durante su campaña. Ya en el gobierno, Alfonsín derivó la elaboración del proyecto al “Consejo de Consolidación para la Democracia” que presidía Leopoldo Bravo.

Lo integraban jóvenes y talentosos abogados. El Dr. Goldberg, sabiendo de mi militancia radical, me encomendó la tarea de entrevistarme con algún miembro del Consejo para conocer la forma en la que se vertebraba el proyecto. Así lo hice. El encuentro se realizó con el Dr. Rosenkrantz quien me expuso los numerosos antecedentes de derecho comparado que estaban analizando. Luego accedí al proyecto del diputado justicialista Oscar Fappiano. Elaboré un informe que remití al Dr. Golberg dándole mi modesta opinión, fundamentalmente haciéndole saber que el proyecto del Consejo era demasiado ambicioso como primera legislación y el del diputado incompleto.

Mientras tanto el senador Fernando De la Rúa elaboraba el suyo en el Senado. Ignoraba el suscripto que uno de sus dos asesores en el tema era el Dr. Norberto Padilla, constitucionalista de nota, director de la revista “Criterio” y secretario de Culto cuando De la Rúa fue presidente de la Nación. Padilla me honró con su amistad designándome luego del viaje a Estocolmo, que daría origen a la IHRA, como asesor ad honorem de su secretaría en el tema “SHOÁ”.

Recientemente con el Dr. Franco Fiumara, les hicimos llegar a las diputadas nacionales Stolbizer y Stillman, un proyecto de reforma de la Ley antidiscriminatoria vigente, que modifica el tipo penal e introduce el antisemitismo en forma expresa y la definición de la IHRA como elemento de aquel.

La IHRA:

Suecia promovió en enero del año 2000 un encuentro que culminó con lo que se conoce como declaración de Estocolmo y que sirve de fundamento a la IHRA. Fue notable y decisivo el impulso de su primer ministro Goram Persson al tema. Cinco dirigentes fueron seleccionados para participar con la comitiva presidencial en el evento, con los gastos a su cargo; cuatro comunitarios en representación de DAIA, AMIA, B’NAI B’RITH y HEBRAICA, y el suscripto en condición de impulsor, presidente y cofundador del “CENTRO RAOUL WALLEMBERG MUESTRA PERMANENTE DEL HOLOCAUSTO-SHOA” de la ciudad de Bahía Blanca que era una institución integrada por judíos y no judíos.

Supe luego, que el embajador sueco en nuestro país, Peter Landelius, había pedido al gobierno argentino que me invitaran ya que había apoyado mi iniciativa de crear el mencionado centro. El Dr. Norberto Padilla coordinó nuestra participación y de ello derivó la propuesta de actuar como asesor en el tema, en la secretaria de Culto de la Nación que he mencionado. Al abandonar el gobierno el Dr, De la Rua, el Dr. Padilla fundó el “Consejo Argentino para la Libertad religiosa” (CALIR) al que fui invitado a participar.

Al poco tiempo ocupé la vicepresidencia segunda. El CALIR presentó un proyecto de ley de Libertad Religiosa para terminar con una rémora del pasado: el registro de las entidades de culto en base a una normativa sancionada por el dictador Videla que continúa vigente.

El dialogo interconfesional:

Este es otro punto de la agenda de la DAIA que me toca muy de cerca. En abril de 1987 el Papa Juan Pablo II visitó Bahía Blanca. En razón de las posturas que había mantenido respecto de la Shoá y por la importancia que ello representaba para nuestros vecinos católicos, como presidente de la filial DAIA Bahía Blanca propuse que nuestra institución se ofreciera a intervenir en su visita. Contamos con el decidido apoyo del Dr. David Goldberg.

Sorteando oposiciones nos asignaron la atención de la prensa extranjera. Para una ciudad como Bahía Blanca, ese hecho configuró un antes y un después. Ello nos permitió conformar inmediatamente el “ENCUENTRO PARA EL DIALGO ENTRE CATOLICOS Y JUDIOS”  luego ampliado a otros credos y que subsiste y funciona hasta la fecha.

El 8 de mayo de 2010 dirigí la palabra a una multitud de peregrinos frente a la basílica de Luján con motivo de la celebración del «Bicentenario de la Patria». Lo hice a favor del diálogo interreligioso invitado por la Comisión Episcopal de Ecumenismo, relaciones con el judaísmo, el islam y las religiones, oficiando luego la misa el Cardenal Bergoglio.

HOJA DE RUTA

Tres ejes o principios básicos deberían orientar la nueva gestión que proponemos: i) Lucha contra el antisemitismo; ii) Renovación generacional; y iii) Apertura política.

1.- Lucha contra el antisemitismo: lo contrario de la tradición es la traición.

Referí, en parte, la rica historia de la DAIA de la que me he sentido muy cerca. No desviarse de los principios nodales resulta fundamental pero adaptándose a los nuevos tiempos y exigencias. Distinguir lo esencial de lo accesorio es imprescindible. No hay lugar para el arrepentido, figura ésta de gran utilidad para la investigación de delitos graves pero que no debe jugar en el caso de las falacias ad hominen cuando se pretende relativizar la Shoá banalizándose la falta la sanción. En mi opinión la DAIA ha sido excesivamente permisiva con las voces que efectivamente han banalizado la Shoá. Los políticos que incurran en expresiones de esa índole quedarán en el inventario de los que afectan la dignidad del pueblo judío.

2.- Renovación generacional:

la treintena de mujeres y hombres que puedan formar parte de una eventual dirigencia de la DAIA, en caso que se acompañe esta propuesta, deben incluir personas de diferentes edades, sexo y lugares de residencia. Se pretende el acompañamiento de los bien inspirados, sin importar si son del interior o residen en la Ciudad de Buenos Aires. La DAIA debe tener presencia en todo punto del país donde haya vida judía. Me percibo como un puente del inevitable cambio generacional de un grupo de trabajo donde no todos piensen de igual forma y se pueda adherir a propuestas políticas, nacionales o comunitarias, diferentes.

Siempre he cultivado el diálogo fecundo. Solo consideré imposible sentarme a conversar con aquel que no tolera mi existencia por mi condición judía. Fuera de eso, en la actividad comunitaria y política he dialogado con todos; siempre ha sido útil, aún en el disenso. Mi experiencia en la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la Amia (UEIAMIA), donde me desempeñé como asesor, es un ejemplo de lo expuesto, logrando apoyos e información de personas que se encontraban en las antípodas ideológicas. En la UEIAMIA participé como asesor de su titular, el ex senador Mario Cimadevilla.

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Ello me permitió conocer diferentes aspectos de la causa Amia y sus conexas manteniendo relación con investigadores, periodistas especializados y con algunos familiares de las víctimas lo que fortaleció mi convicción de no abandonarlos. Actitud individual e institucional que supone dejar de ser espectadores y pasar a ser protagonistas de los diferentes intentos institucionales y judiciales para arribar a la verdad y al enjuiciamiento de los responsables del atentado a la AMIA-DAIA.

También en la UEIAMIA me informé sobre las posibilidades de acceder a novedosa tecnología, por orientación de allegados a la Corte Internacional de Justicia en La Haya, utilizada en la investigación del crimen del ministro libanes Hariri. La dirigencia de la DAIA de entonces acompañó firmemente este camino que no pudo culminar. Fue también muy importante el conocimiento adquirido sobre JUICIO EN AUSENCIA, tema estudiado en la unidad y plasmado en el proyecto de ley que presentara el Senador Pais de la provincia de Chubut.

3.- Apertura política:

Solo relacionarse con el gobierno evitando a la oposición es un grave error. Y si no se comparte la ideología del primero y hacerlo solo con la segunda, es también una equivocación. La DAIA debe ser un interlocutor valioso para todos.

Conclusión:

Debemos reivindicar el concepto de “Askan” en su entrega y trabajo para la comunidad. Gastos que se evalúen como superfluos no los deberá asumir la entidad sino los miembros de la comisión directiva de su propio peculio, salvo casos excepcionales que lo ameriten, cuestión que deberá resolverse por decisión fundada de la Comisión Directiva en acta refrendada por mayoría de sus miembros.

La DAIA no es una “marca”; es una institución señera y prestigiosa con una distinguida historia que es preciso reivindicar.

Raul Woscoff

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