El 7 de octubre de 2023, la organización terrorista Hamás invadió Israel, mató a más de 1300 civiles en sus casas y dejó otros miles de heridos, además de secuestrar a 240 y llevárselos a los túneles de Gaza.
El 23 de marzo de 2024, el Estado Islámico (ISIS) ingresó al teatro Crocus City Hall de Moscú y mató a más de 150 personas y dejó centenares de heridos.
En los dos casos actuó el mismo eje: el terrorismo asesino. Usaron la misma lógica, matar civiles para generar terror. Algo así como “Podemos entrar a tu casa o a tu lugar de diversión y matarte” y “No hay nada que justifique hacerlo pero nadie que me lo impida”
La excusa en Israel es la que varios de la izquierda argentina y de otras partes del mundo llaman “La Resistencia del Movimiento Islamista”. Todavía esta gente no se pronunció sobre Moscú pero la tiene difícil. Tendrán que elegir sobre dos de los que ellos simpatizan. Veremos por quién optarán (si lo hacen).
Es apasionante esperar el discurso de Roger Waters, del Secretario General de las Naciones Unidas, de Lula da Silva, Gustavo Petro, Gabriel Boric y tantos dirigentes menores de la Argentina que sí condenaron a Israel por la respuesta y no a Hamás por el ataque.
El mundo necesita combatir al terrorismo y no exigirle a Israel moderación en la respuesta.
Desde el 7 octubre del año pasado el gobierno de Israel utiliza el hashtag #HamasEsIsis: el viernes se demostró que tiene razón. Ya es hora de entenderlo. Mañana puede ser tarde.
Gustavo Szpigiel Director de Vis á Vis