Cinco conclusiones de la debacle de Adas. Por Rabino Abraham Cooper

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Parte de mi trabajo a lo largo de los años en el Centro Simon Wiesenthal consiste en ser la persona que recibe muchas malas noticias. Tan solo en los últimos días, hemos visto a padres judíos acosados en una graduación escolar de quinto grado en Brooklyn, disparos en una querida tienda de falafel en Montreal (luego de otros dos tiroteos contra escuelas judías en esa ciudad). El domingo por la mañana llegó la noticia de que ISIS había lanzado ataques simultáneos en Daguestán, Rusia, contra una iglesia donde al pastor le cortaron la garganta y una sinagoga fue quemada hasta los cimientos. Gracias a Dios no había judíos en el templo en ese momento, pero más de una docena de policías murieron o resultaron heridos.

Con ese telón de fondo, me dirigí a Adas Torah (Los Ángeles) el domingo a última hora de la mañana, hogar de cientos de judíos ortodoxos, donde los angelinos de todo el lado oeste fueron invitados a un Seminario israelí sobre Bienes Raíces, similar a los que se habían celebrado en Brooklyn, Nueva York; Teaneck, Nueva Jersey; y la sinagoga Shaare Tzedek en el Valle. En cada una de esas reuniones, aparecieron manifestantes pro-Hamás para amenazar y demonizar a los amantes locales de Sión. No esperaba menos, pero experimenté más de lo que esperaba.

Durante las últimas cuatro décadas y media, he llegado a confiar y admirar a la LADP (Policía Departamental de Los Ángeles). Siempre han hecho todo lo posible para proteger a nuestra comunidad, contra viento y marea. A través de disturbios, Covid y desfinanciamiento, siempre mantuvieron la misma línea.

Trágicamente, su despliegue fuera de Pico no estuvo a la altura del desafío. A las fuerzas pro-Hamas, que incluían al virulento Código Rosa (Nota del Traductor: organización feminista pacifista fundada en 2002 para protestar por la participación militar estadounidense en Afganistán e Irak. El nombre Código Rosa se adoptó para satirizar el sistema de alerta terrorista codificado por colores), se les permitió congregarse cerca de la entrada de Adas desde las aceras este y oeste, así como en Bvd. Pico, separadas únicamente por vehículos del sistema de seguridad Magen Am que estaban estacionados.

Aquí están las palabras de un compañero de la sinagoga Joven Israel de Century City que describe la escena tal como la experimentamos muchos de nosotros:

“La escena afuera de Adas hoy a las 12:45 pm fue caótica y peligrosa. La LAPD parecía estar en modo reacción versus modo prevención. Los protocolos estándar que todos hemos visto y experimentado en demostraciones populares con el objeto de proteger la libertad de reunión, no parecían haber sido implementados. Aquí hay algunas relexiones basadas en lo que vi de primera mano.

No pude evitar sentirme triste/ asustado ante lo que parecía ser un grupo de agentes LAPD que no estaban preparados.

1. No se establecieron áreas claramente definidas para la «congregación» de diferentes grupos en dos áreas diferentes

2. El tráfico de Bvd. Pico se bloqueó orgánicamente y se volvió peligroso…

3. Los manifestantes antiisraelíes llegaron «preparados» con recursos para la escalada (aerosoles, gafas de esquí) y aparentemente caminaron libremente y mostrando su disconformidad por entre la entreverada multitud (una vez más, las áreas definidas para la reunión podrían haber facilitado las cosas tanto a las fuerzas del orden como a quienes se estaban congregando)

4. Se produjeron enfrentamientos a puñetazos en diferentes puntos de un área de dos cuadras y la LAPD parecía pisarles los talones, para luego intervenir con mayor fuerza, la que podría haberse evitado si hubieran sido más proactivos desde el principio.

5. La LAPD no tenía suficiente presencia a las 12:45. . . pero esto había cambiado para cuando salí de Adas y volví a Pico a las 2:45

6. El área de la acera justo en frente de la sinagoga estaba controlada por los manifestantes, no por las fuerzas del orden. ¿Por qué las fuerzas del orden no alejaron la ‘línea’ de la entrada de la sinagoga?

7. Una vez que los manifestantes utilizaron aerosoles y la situación escaló, ¿por qué no se cerró todo?

8. Cuando caminé hacia el sur hasta mi auto, me sorprendió ver que todo el ‘evento’ se había trasladado directamente hacia nuestras calles residenciales. . . y allí había CERO aplicación de la ley…”

Mientras tanto, como si respondieran a una señal invisible, algunos judíos fueron rociados con gas pimienta. Me detuve para ayudar a un caballero persa que estaba en cuatro patas tratando de lidiar con el dolor y la conmoción. Con la ayuda de algunos voluntarios logramos calmarlo. Cuando preguntó: «¿Dónde estaba Di-s?», un extraño respondió: «Dios nos está probando»…

Desafortunadamente uno de mis ojos también sufrió por el spray y corrí a casa para irrigar el ojo, al regresar a las 2:30 pm pude ver que la aún existente caótica escena se había trasladado al este hacia Crest Drive y Pico…

En suma:

1. Agradezco a Dios por Magen Am que mantuvo el profesionalismo en todo momento. Sin ellos, creo que nuestros enemigos podrían haber entrado fácilmente en la sinagoga.

2. La LAPD no estaba preparada o tiene órdenes de no intervenir o tomar el control total y aparentemente no arrestó a nadie. Suena inquietantemente familiar a lo acontecido en otros campos de batalla en los campus de Los Ángeles en las últimas semanas. Si estas son las actuales órdenes del día, deben ser cuestionadas y modificadas.

3. Lo que experimentamos fuera de Adas no fue un mero crimen de odio sino terrorismo doméstico interno. Ya es hora de que tanto Seguridad Nacional como el FBI comiencen a conectar los puntos, dondequiera que estos los lleven.

4. Nuestra comunidad debe enviar un mensaje unificado al alcalde Bass y al Concejo Municipal así como a la LAPD manifestando que exigimos que cumplan con sus obligaciones para garantizar la seguridad de nosotros los orgullosos SIONISTAS que pagamos impuestos.

5. Como le dije al oficial de la LAPD a cargo, en el futuro, a NINGÚN manifestante pro-Hamas o personas de su calaña se les debe permitir pavonearse abiertamente frente a nuestras sinagogas o escuelas y poner en peligro el bienestar de nuestros hijos. Si Los Ángeles necesita más policías, más capacitación, asegurémonos de que la obtengan con la ayuda de nuestros funcionarios electos a nivel local y del gobernador Newsom y la Legislatura estatal en Sacramento.

6. La debacle de Adas debería desengañar de cualquier ilusión acerca de que el verano enfriará las pasiones antiisraelíes en los campus universitarios. El odio a los judíos que enfrentamos está bien planificado, coordinado y ya llegó a las puertas de dos escuelas judías en el Valle la semana pasada.

Nos guste o no, tenemos que estar preparados para el largo plazo y planificar y actuar en consecuencia. Nuestros enemigos claramente lo están. No hay pánico, sólo acción judía inteligente.

¡Am Israel Jai! ¡El pueblo de Israel vive!

Rabino Abraham Cooper

Director de Acción Social Global del Centro Simon Wiesenthal

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