Investigadores israelíes desarrollaron un nuevo sistema que puede mejorar el uso de las imágenes por resonancia magnética (o MRI, por la sigla en inglés de magnetic resonance imaging), un instrumento clave para detectar de manera temprana enfermedades como el cáncer.
El MRI es una técnica no invasiva que aprovecha la resonancia magnética nuclear para «leer» la estructura y composición de los cuerpos que analiza. Luego, los datos son procesados por computadoras y convertidas en imágenes del interior de ese cuerpo u objeto.
En medicina, se utiliza principalmente para observar alteraciones en los tejidos y, de esa manera, detectar casos de cáncer y de otras patologías.
Aunque preferidos por ser no invasivos y no usar radiación, estos equipos tienen un problema: que no se pueden aplicar por mucho tiempo al cuerpo en estudio.
«Una de las limitaciones de los dispositivos de resonancia magnética convencionales es que tienen problemas para detectar metabolitos», explicaron desde el Technion, la universidad con sede en Haifa, en el norte de Israel, donde se gestó el nuevo descubrimiento.
Los metabolitos son pequeñas moléculas que intervienen en procesos químicos del organismo, muchos de los cuales sirven como marcadores clínicos que indican diversas condiciones de salud, incluidos tumores malignos, división celular anormal, muerte celular y estrés celular.
Esa es la motivación de muchos grupos de investigación que intentan encontrar una solución que permita la identificación de metabolitos en exploraciones de imagen no invasivas, como las del MRI.
Un descubrimiento «espectacular»
El equipo del Technion, liderado por el profesor Aharon Blank y el doctor Itai Katz, presentó este nuevo método, denominado MMV, que aporta dos ventajas significativas, comenzando por una mejora que describieron como «espectacular» de la señal de resonancia magnética.
Además, lograron una conservación de la intensidad de la señal durante un tiempo relativamente largo en comparación con los metabolitos existentes: unos diez minutos frente a un minuto de los equipos convencionales.
Según explicaron en un artículo publicado en la revista Science Advances, el sistema prolonga la vida útil de la magnetización que aplica el MRI.
«Esto podría permitir que las sondas metabólicas permanezcan magnetizadas desde la inyección hasta que lleguen al órgano objetivo», mejorando las marcas que se obtienen de los tejidos en las imágenes clínicas, añadieron.
Blank caracterizó al descubrimiento como «muy emocionante», ya que puede brindar a los médicos «un margen de tiempo más amplio» para realizar sus estudios.
«Estimamos que ampliará el uso» de los análisis con resonancia magnética sin radiación para detectar enfermedades, concluyó el investigador israelí.
Fuente: Israel Económico.
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