La gran noticia para el automovilismo argentino de este año sin dudas es que Franco Colapinto está corriendo la temporada de la Fórmula 1 en Williams.
El piloto de 21 años, que fue oficializado como reemplazo de Logan Sargeant, finalizó 12° este fin de semana en México y continúa brindando buenas actuaciones.
Colapinto se convertió en este 2024 en el piloto número 49 en correr un Gran Premio para la escudería Williams Racing y el primer argentino en la F1 en 23 años, desde la participación de Gastón Mazzacane. Además, es el segundo piloto argentino para la escudería británica, después de su compatriota Carlos Reutemann.
Lo que pocos saben es la historia que une a Osama Bin Laden con la escudería en la que está el argentino.
Bin Laden fue durante muchos años uno de los criminales más buscados del mundo. Después de los atentados del 11-S, el líder del grupo terrorista Al-Qaeda fue perseguido por los Estados Unidos en Medio Oriente hasta ser asesinado en la Operación Lanza de Neptuno en 2011, tras una década de caza.
Bin Laden tuvo una relación muy tácita con la Fórmula 1 mucho antes de que todo esto pasara. Concretamente, fue a finales de los ’70, cuando Frank Williams acudió a encontrar dinero que salvase su equipo de Fórmula 1.
Frank Williams, dueño de la escuadra del mismo nombre que entre 1979 y 1997 ganó ocho títulos mundiales y más de 100 Grand Prix, construyó la base de su poderío en los sólidos vínculos que anudó a fines de la década de los ‘70 con empresas de Arabia Saudita, cuyos petrodólares realizaban fuertes inversiones en Inglaterra. Una de ellas fue la compañía propiedad del padre de Osama bin Laden, Mohammed, que era la constructora de todas las carreteras del reino saudí.
En 1977, Walter Wolff compró el equipo Williams de Fórmula 1 para rebautizarlo con el nombre de Wolff Racing y hacer una de esas historias únicas de la Fórmula 1. En su primera carrera, en Argentina, ganaron. Incluso Jody Scheckter estuvo a punto de levantarle el título a Niki Lauda. Pero un año después el equipo desapareció.
Mientras esto pasaba, Wolff despidió a Frank Williams como jefe de lo que hasta entonces había sido su equipo.
El británico hizo un duro trabajo para volver a crear de cero su propio equipo, el que ahora conocemos como Williams, pero necesitaba un buen sustento económico para que el castillo de naipes no se le desmoronara.
En 1977, Williams era una escudería del montón, sin triunfos en su haber ni recursos para lograrlos, pero su dueño ya monitoreaba a ciertas compañías árabes para evaluarlas como posibles sponsors.
Un ejecutivo de una agencia publicitaria londinense, que tenía como cliente a la línea de bandera saudita, Saudia Airlines, hizo el primer contacto entre Williams y el mundo árabe: la aerolínea contribuyó con 100 mil libras esterlinas para la campaña de 1978.
Pero no fue hasta que un ex corredor llamado Charles Crichton-Stuart –que había ganado una carrera de F3 en Mendoza en 1966– se asoció con Williams que los petrodólares empezaron a fluir. Crichton-Stuart había trabajado como vendedor de autos en una exclusiva concesionaria del lujoso barrio londinense de Kensington, y en esa posición logró venderle una Ferrari al príncipe Sultan bin Salman, sobrino del rey Fahd.
A fines de 1977, el ex piloto contactó en Denver, Colorado, a Williams con el príncipe. El manager le mostró el acuerdo con Saudia y Bin Salman prometió formular una propuesta global ante su familia. En enero de 1978, Williams viajó a Riad, la capital de reino, y se impresionó con la carretera que iba del aeropuerto al palacio, bordeada de árboles y jardines en pleno desierto: había sido construida por Bin Laden.
Después de 10 minutos de charla con Muhammad bin Fahd, el segundo hijo del rey Fahd, Williams escuchó palabras mágicas: “Yo te voy a ayudar”.
La primera compañía que aceptó patrocinar fue Albilad, una empresa dedicada al comercio internacional de productos árabes, propiedad del mismo Bin Fahd. De regreso en Londres, Williams recibió una llamada telefónica: Bin Fahd estaba en la capital británica y quería discutirlo. El equipo cargó un coche de Fórmula 1 en un trailer, lo bajó en la puerta del hotel Dorchester, frente al Hyde Park, y el arreglo fue hecho: Albilad aportaría 200 mil libras esterlinas para la campaña.
El teléfono del príncipe empezó a activarse. Dallah Avco, la firma constructora que se encargaba del mantenimiento de los aeropuertos del reino, se sumó al patrocinio. TAG, Techniques d’Avant Garde, una empresa de alta tecnología vinculada a la defensa saudita, entró en el acuerdo, gracias a la amistad de Bin Salman con el hijo del dueño, Mansour Ojjeh. Luego llegó el turno de Siyanco, una consultora de ingeniería; Baroom, una firma que comerciaba en acero y hormigón; y, porsupuesto, Bin Laden, la empresa de Mohammed, fuerte contratista del reino, que no podía desatender el llamado para pegar su calcomanía en los laterales del Williams de Fórmula 1, como se ve en la fotografía que ilustra la nota. Por entonces, el joven Osama tenía 21 años.
¿Cuánto dinero aportó Bin Laden a la campaña 1979 de Williams? No hay datos concretos, pero es posible estimarlos, en base al tamaño de la inscripción y a las contribuciones relativas de la época.
Según la revista El Gráfico del 11 de setiembre de 1979, Saudia Airlines aportó 835 mil dólares; Albilad, 300 mil dólares; Dallah, 200 mil y TAG, 400 mil. De acuerdo a esas cifras, la contribución de Bin Laden debió ser una suma de entre 50 y 100 mil dólares de la época.
Cuando Williams ganó su primer Grand Prix, el de Inglaterra en julio de 1979, Bin Laden era sponsor del equipo. De todas maneras, no lo sería por mucho tiempo. Como ninguno de sus socios árabes usaba el patrocinio para su propio beneficio, Williams temió que esas sociedades se disolvieran en el corto plazo, y buscó otros sponsors.
Después de que los Williams ganaran cinco Grands Prix en 1979, la British Leyland, la automotriz estatal inglesa, reemplazó a Bin Laden y Cía en los flancos de los Williams en 1980, justo cuando Frank contrataba un nuevo piloto: el argentino Carlos Alberto Reutemann.
Hoy, ya sin esos sponsors, el argentino Franco Colapinto es quien que corre en el monoplaza de Williams Racing, que por supuesto ya no cuenta con eso tipo de apoyos.