El motivo por el que el presidente de la Corte Suprema advirtió por las manifestaciones de antisemitismo

Horacio Rosatti
Horacio Rosatti

El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, se refirió al antisemitismo en la Argentina tras recibir una distinción por parte de la Asociación de Abogados Judíos.

Rosatti sostuvo que no se puede tener una actitud silenciosa ante el antisemitismo y llamó a prender las señales de alerta frente a los mensajes de discriminación “cobardes y anónimos” que se lanzan en las redes sociales.

Además, habló de ese tipo de manifestaciones como “el huevo de la serpiente”. “La actitud pasiva es una actitud complaciente, es el colaboracionismo. Y esto tenemos que tomarlo con la mayor seriedad”, afirmó.

“Las conductas antisemitas tiene que tener una sanción al interior del Estado y el Poder Judicial debe dar el ejemplo en estos aspectos, con la conducta de sus propios integrantes para poder luego sancionar a los terceros”, aseguró.

También se refirió a “entender la gravedad que tiene la discriminación de la que ahora estamos hablando. Y asumir el compromiso, yo no como presidente de la Corte y presidente del Consejo de la Magistratura, un compromiso militante que se traduzca en hechos concretos sobre los cuales ustedes nos tienen que iluminar, en hechos concretos para tratar de hacer lo posible para vivir en una sociedad”.

Rosatti brindó su discurso en la sede del Museo del Holocausto de Buenos Aires, en el marco de la entrega de premios que llevó adelante la Asociación de Abogados Judíos (AAJRA). También se distinguió al juez Mariano Borinsky, titular de la Cámara Federal de Casación Penal, y a la filósofa Diana Cohen Agrest, fundadora de la Asociación Civil Usina de Justicia. La premiación incluyó al Consejo de la Magistratura de la Nación. Asimismo, miembros de la Comisión Directiva de la asociación (Victoria Cherniak, Agustín Ulanovsky, Hernán Kleiman, Gustavo Galante, entre otros), entregaron un reconocimiento al presidente del Museo del Holocausto, Marcelo Mindlin.

En el auditorio estuvieron presentes el embajador de Israel en Argentina, Eyal Sela, el presidente de la DAIA, Mauro Berenstein, el presidente de la AMIA, Amos Linetzky, el presidente del Colegio Público de la Abogacía, Ricardo Gil Lavedra; los jueces de la Cámara Federal de Casación Penal, Diego Barroetaveña, Daniel Petrone y Carlos Mahiques; y los miembros del Consejo de la Magistratura, Agustina Díaz Cordero, Fernanda Vázquez y Miguel Piedecasas.

A su vez, fueron parte los jueces María Eugenia Capuchetti, Karina Perilli, José Michillini, Federico Villena, Marcelo Gallo Tagle y Mariano Scotto, los fiscales Diego Iglesias y Franco Picardi y el secretario de Coordinación Institucional de la Procuración General de la Nación, Juan Manuel Olima. También estuvo el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, junto al abogado y ex miembro del Consejo de la Magistratura, Diego Marías, el inminente consejero Alberto Maques y el ex juez Marcos Gravitker, entre otros.

La periodista Romina Manguel, a cargo de la conducción de la ceremonia, inició la reunión llamando a reflexionar sobre la resignificación del odio tras la masacre del 7 de octubre de 2023 en Israel.

El presidente de la AAJRA, Hernán Najenson, resaltó que “no hay espacio para la imparcialidad cómplice” frente a los fundamentalismos que abogan por la eliminación del Estado de Israel. Y Mindlin instó a firmar un convenio con el Poder Judicial para ayudar a la concientización de lo sucedido en el marco de la Segunda Guerra Mundial.

Luego, el rabino de la AMIA, Eliahu Hamra, compartió una plegaria por los secuestrados que aún permanecen cautivos en Gaza. Agradeció especialmente a Rosatti por los avances que se están haciendo en la órbita de la Morgue Judicial para poder dar descanso a los fallecidos de fe judía.

Mariano Borinsky destacó el “honor” de recibir esa distinción. Además, anunció que se colocará una placa en los tribunales de Comodoro Py para reclamar por el regreso de los secuestrados en Gaza.

En septiembre pasado, el Consejo de la Magistratura adoptó la definición de antisemitismo aprobada por la IHRA.

Rosatti, presidente de la Corte y del Consejo, agradeció la distinción “con enorme satisfacción, orgullo y emoción”. “Como ustedes saben yo no pertenezco a la comunidad judía, pero también mis ancestros vinieron en un barco desde Génova hace varias generaciones y se instalaron aquí porque la Constitución Argentina de 1853 ofrecía su territorio a las personas de buena voluntad que deseen habilitar el suelo argentino sin distinción de raza o cultura”, destacó. “El único requisito era la buena voluntad. Es un mensaje que sigue vigente y está en el preámbulo”, subrayó.

Tras destacar los derechos de libertad de expresión, de pensamiento y de culto, Rosatti recordó también que en la reforma de 1994 se quitó el requisito de que el presidente y el vicepresidente debían pertenecer al culto mayoritario. Destacó así el espíritu de igualdad y solidaridad.

“Esto que parece tan sencillo en el ámbito de la Constitución, tiene excepciones, incumplimientos permanentes. Pequeñas historias, pequeños malos ejemplos que no debemos banalizar, que no debemos subestimar. Las manifestaciones más mínimas del antisemitismo o de todo tipo de discriminación generan una suerte de naturalización, una suerte de repetición, que con el tiempo se va naturalizando y cuando hay algún estímulo externo -y a veces ni es necesario- en algún momento detona en algo más complicado, más doloroso, más sangriento”, subrayó el presidente de la Corte Suprema.

Según expresó, en la medida en que las manifestaciones antisemitas son “subestimadas, son el huevo de la serpiente, la semilla que va sembrando luego lo que todos conocimos, que hizo descender a la condición humana a lo que nadie imaginaba a lo que se podía descender”. Esa experiencia demostró que “siempre estamos en riesgo de caer a donde caímos mucho antes de la Segunda Guerra Mundial”.

“Hoy, cuando los mensajes anónimos y cobardes de redes sociales incitan, con historias mínimas, con palabras ocurrentes, a cualquier tipo de discriminación, incluido el antisemitismo, tenemos que prender las alertas”, agregó el titular de la Corte Suprema. “O se está en contra de la discriminación o, si se hace silencio, se está a favor. No puede haber una actitud pasiva”, concluyó.

Finalmente, se comprometió a firmar en los próximos días el convenio entre la Corte Suprema y el Museo del Holocausto. También destacó que las visitas a la sede forman parte de los cursos en la Escuela Judicial, porque “las conductas antisemitas tienen que tener una sanción al interior del Estado”.

 

Vía Infobae

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