Severos abusos y “juicio por tortura”: los nuevo detalles que brindó Keith Siegel sobre su cautiverio

Severos abusos y “juicio por tortura”: los nuevo detalles que brindó Keith Siegel sobre su cautiverio

Keith Siegel, liberado tras 484 días en el cautiverio Hamás, describió severos abusos y tormento psicológico en una entrevista con The New York Times.

Keith Siegel

Keith Siegel se reúne con su familia tras ser liberado del cautiverio en Hamás. Crédito: Ronen Harish / GPO

Aproximadamente un mes después de su liberación, Siegel reveló que fue obligado a participar en lo que él llamó un “juicio por tortura”. Él y una mujer, cuyo nombre no dio a conocer, fueron conducidos a una habitación a punta de pistola, donde observó cómo sus captores la golpeaban y le exigían que “dijera la verdad”. Luego le ordenaron que ayudara a que la mujer confiese.

“Me ordenaron que entrara en la habitación y le dijera a la persona que la tortura continuaría hasta que admita lo que se le acusa”, dijo.

Meses después, lo obligaron a grabar un mensaje de video desde su cautiverio. Aunque intentó aparentar fortaleza, rompió en llanto durante la filmación. Esperaba que editaran el momento, pero días después, vio las imágenes transmitidas por Al Jazeera, donde su colapso nervioso aparecía de forma destacada.

“Fue muy, muy difícil para mí pensar que mi familia lo vería”, agregó.

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Siegel fue trasladado a más de 30 escondites, a veces con otros rehenes y, en ocasiones, solo durante meses. En un tiempo, estuvo confinado en un túnel a más de 30 metros bajo tierra, donde no podía respirar, reportó Enlace Judío.

“Pensé en la muerte muchas veces en ese túnel”, dijo en la entrevista.

A finales de enero, en una habitación cerrada y sin ventanas, un captor se acercó con una pistola y le ordenó que la sostenga. Cuando Siegel se negó, el hombre le apuntó a la cara y le dijo: “Ahora estás muerto” y disparó a distancia. Siegel temía que lo culparan, pero el captor se rió y se fue.

Comentó que los guardias le escupían, le gritaban, le daban patadas mientras estaba en el suelo y le negaban la comida mientras comían delante de él.

Enfatizó que los rehenes aún cautivos ocupan su mente “todos los días, de la mañana a la noche”, y no podrá rehabilitarse hasta que todos sean liberados.

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