En una emotiva ceremonia celebrada este miércoles en el cementerio de la aldea de Kfar Harif, en el sur de Israel, Eli Sharabi, sobreviviente del cautiverio de Hamás, quien encenderá una antorcha en Yom Haatzmaut, rindió homenaje a su esposa Lianne, a sus dos hijas y a su hermano Yossi, asesinado en cautiverio, informó Enlace Judío.
Con voz temblorosa, Sharabi expresó su dolor y desesperación ante la terrible pérdida. “¿Cómo es posible lidiar con esto? ¿Cómo se encuentran las palabras?”, preguntó.
Sharabi habló con su esposa, Lianne, quien le fue arrebatada repentinamente. La describió como alguien que vino “del otro extremo del mundo, del lejano Reino Unido“, y que eligió el Kibutz Be’eri como su hogar, con infinito amor y devoción. “Todos los que te conocieron sintieron de inmediato, bajo la vergüenza y el cínico humor británico, tu modestia, cariño y amabilidad”, dijo.
“Lianne, fuiste asesinada con una crueldad inexplicable, en un crimen sin justificación. Pero incluso en estos momentos difíciles, me aferro a lo que dejaste atrás: amor infinito, alegría de vivir, recuerdos de luz. El mundo te extraña, Lianne, y yo te extraño con cada respiro. Descansa en paz, mi amor, siempre. Que tu memoria sea bendita”.
Sobre su hija Noya, dijo: “Nuestra Noya creció en el Kibutz Be’eri, hija de la naturaleza y de la comunidad. Eras tan sensible, tan dulce, pero también tan fuerte. Tenías un corazón enorme, un corazón que veía a la gente y lo sentía todo. Un corazón que siempre elegía el bien. Mi Noya, tenías tantos sueños, un futuro, y todo se truncó con una crueldad indescriptible. Pero te prometo que no te olvidaremos. Tu corazón, tu ternura, tu luz, seguiremos contándolo, recordándolo, viviendo. Descansa en paz, mi querida niña, siempre estás conmigo. Que tu memoria sea bendita”.
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Tras estas palabras, Eli rindió homenaje a su hermano Yossi, quien murió en el cautiverio de Hamás. “Es difícil estar aquí hoy, en un lugar donde nunca imaginé que estaríamos. Es difícil hablar de ti en pasado. Tú, que siempre estuviste ahí, el primero en tender la mano, el primero en reír, el primero en amar. El cautiverio no te destruyó. Incluso cuando estabas lejos de nosotros, seguiste siendo quien eres, nuestro Yossi, lleno de fuerza, fe y esperanza. Y estamos aquí destrozados y con dolor, pero muy orgullosos de ti, mi querido hermano. Nuestros corazones nunca estarán completos sin ti. Pero tu amor, tu bondad y tu sonrisa seguirán vivos en nosotros, que tu memoria sea bendita”.