El emocionante encuentro entre el líder de Kiss y un ex soldado que participó de la liberación de su madre de los campos nazis

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Harold Urban fue uno de los soldados estadounidenses que liberaron el campo nazi de exterminio de Mauthausen, donde estaba prisionera Flora, más adelante la mamá del famoso músico Gene Simmons, el ex líder de Kiss.

El músico estadounidense judío Gene Simmons, nacido en Israel en 1949 y líder del legendario grupo de rock Kiss, se pudo dar un enorme gusto espiritual. Conoció a un ex soldado, de 100 años de edad, que participó de la liberación del campo de concentración nazi donde estuvo su madre.

Simmons, un célebre bajista y personalidad del espectáculo que siempre habla con orgullo de sus raíces. Tuvo la oportunidad de reunirse con Harold Urban, un veterano de la Segunda Guerra Mundial que participó en la liberación del campo de concentración de Mauthausen.

En ese centro de exterminio, ubicado en la localidad austríaca de Mauthausen, a pocos kilómetros de Linz, estuvo prisionera Flora Klein, quien fue liberada junto a otros sobrevivientes cuando tenía 19 años y luego emigró a Israel, donde se convirtió en madre de Haim Weitz, el verdadero nombre de Simmons.

Urban y Simmons se saludaron a fines de este mes de mayo durante una ceremonia y desfile de homenaje a ex combatientes de la Segunda Guerra Mundial que se llevó a cabo en la ciudad de Washington, la capital estadounidense, en ocasión de un nuevo Memorial Day.

Pesadillas que duran décadas

En el marco de la celebración, ambos pudieron sentarse a conversar en una sala cercana y compartir detalles sobre la liberación del campo de exterminio, donde se estima que fueron asesinadas alrededor de 90.000 personas, la mayoría judíos pero también prisioneros políticos.

El ex soldado, que destacó durante la charla que en julio próximo cumplirá 101 años, admitió que no recuerda en particular a la joven Flora saliendo del campo, pero sí reconoció que esa experiencia le provocó pesadillas toda la vida.

Citado por el Washington Post, Urban remarcó que «todos los campos de concentración estaban dirigidos por las SS», la sanguinaria organización paramilitar nazi. «Eran fanáticos, y muchos no querían rendirse», agregó.

El ex soldado, a quien todos llaman Hal, contó que se dirigió al campo de concentración al segundo día de haber llegado a la zona. «Era un caos, gente corriendo por todas partes, algunos lloraban, otros gritaban… flacos y débiles», describió Urban.

Emocionado y entre lágrimas, Simmons dijo que «si no fuera por hombres valientes como ustedes, yo no estaría aquí. Tampoco mi madre no habría estado aquí, millones y millones de personas no estarían aquí, incluso teniendo en cuenta los millones que fueron incinerados» por los nazis.

De Israel a Nueva York con el pequeño Haim

Después de instalarse en Israel y de divorciarse del padre del músico, Flora -que había nacido en Hungría- se mudó a Nueva York junto a Haim, que en ese entonces tenía ocho años de edad.

Cuando falleció, en diciembre del 2018, a los 93 años, Simmons compartió en las redes sociales una desgarradora despedida. «Perdí a mi madre, mi mentora, mi brújula moral, y tengo el corazón roto», confesó el músico judío y líder de Kiss en aquel mensaje.

Por su parte, en las declaraciones reproducidas por el Washington Post, Urban rememoró que cuando llegó con sus compañeros a Mauthausen los recibió un horrible olor a carne quemada. Y que tuvieron que enterrar unos 500 cuerpos que estaban apilados en el campo.

«Ver eso fue algo más emotivo que el combate», apuntó. «Te entrenan para el combate, pero no nos entrenaron para eso» que encontraron en el centro de exterminio montado por el régimen de Hitler.

Urban, que recibió un Corazón Púrpura después de resultar herido en la histórica batalla de las Ardenas, combatida entre diciembre de 1944 y enero de 1945, volvió después de la guerra a la vida civil en Illinois, se convirtió en granjero y tuvo nueve hijos.

A pesar de los horrores que presenció en la guerra y las pesadillas que siempre lo acompañaron, y gracias a la familia que pudo formar (algunos de sus nietos estuvieron en la ceremonia), Hal mantiene el buen humor.

Cuando le contaron que iba a recibir el saludo de un famoso músico, Urban sabía de quién se trataba. «¿Es él el que saca la lengua?. No es mi tipo de música, a mi me gustan Bing Crosby y Lawrence Welk», comentó jocoso.

Israel Económico

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