
Desde los albores de la civilización, los relatos de viajeros han inspirado a la humanidad. Simbad el Marino, el legendario explorador de Las Mil y Una Noches, es un símbolo de la perseverancia, el descubrimiento y el enfrentamiento a las adversidades. Su historia es la de un hombre que navega por mares desconocidos, enfrentando criaturas míticas y desafíos titánicos, para regresar con riquezas y conocimientos que benefician a su gente.
En contraste, en el siglo XXI, Greta Thunberg—quien inicialmente saltó a la fama por su activismo climático—ha decidido embarcarse en una flotilla con el supuesto objetivo de llevar ayuda humanitaria a Gaza. Sin embargo, la realidad detrás de esta misión dista mucho de la narrativa de heroísmo que intenta proyectar.
Thunberg y su flotilla, encabezada por el Madleen, no representaban una verdadera misión de ayuda, sino un claro ejercicio de propaganda. La cantidad de suministros transportados en su barco era insignificante comparada con la ayuda que Israel envía diariamente a Gaza a través de cientos de camiones con insumos esenciales. Esta comparación por sí sola desmonta la farsa que ciertos sectores intentan imponer: mientras Israel garantiza el flujo de bienes y asistencia a una población en crisis, activistas internacionales montan espectáculos mediáticos cuyo objetivo es alimentar una narrativa sesgada.
La Flotilla y la Manipulación de la Opinión Pública
La estrategia detrás de la flotilla de Thunberg no es nueva. En años recientes, diferentes grupos han intentado desafiar las políticas de seguridad de Israel con acciones similares. Utilizan símbolos de paz y justicia social para enmarcar sus campañas, cuando en realidad son intentos diseñados para desacreditar al Estado judío en la arena internacional.
Israel, como nación democrática, ha demostrado consistentemente su compromiso con el bienestar de la población civil en Gaza, incluso cuando el conflicto con Hamás persiste. A pesar de que el 7 de octubre de 2023 marcó el peor ataque terrorista en la historia moderna de Israel—con más de 1,200 muertos y 250 secuestrados, el primer pogrom en suelo israelí desde la Shoá—el país ha continuado con su política de asistencia humanitaria.
Hoy, 600 días después de aquella masacre, aún quedan 55 secuestrados en manos de los criminales de Hamás, mientras la población gazatí protesta contra el grupo terrorista sin que se vislumbre una solución a corto plazo. Ante esta realidad, los esfuerzos de la flotilla parecen no solo inútiles, sino un intento descarado de distorsionar los hechos.
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Israel: Entre la Lucha y la Humanidad
Israel no necesita flotillas simbólicas ni gestos vacíos. Necesita reconocimiento por su esfuerzo humanitario y por su lucha contra el terrorismo. Mientras algunos intentan manipular la percepción global con espectáculos mediáticos, Israel sigue siendo un faro de estabilidad y humanidad en una región convulsionada.
La comparación con Simbad el Marino es más que oportuna: Simbad emprendía viajes para descubrir, comerciar y construir, enfrentando adversidades reales y regresando con conocimientos que beneficiaban a su comunidad. Greta Thunberg y sus seguidores, en cambio, navegan para dividir, manipular y fortalecer una narrativa que ignora la realidad del conflicto en Medio Oriente.
La población gazatí protesta contra el grupo terrorista, pero la solución sigue siendo incierta, algo que Greta con su banda, niegan a ver, una realidad que se conforta con su discurso vacío, lleno de embustería, de engaño.
Mientras los medios amplifican su iniciativa, Israel sigue enviando ayuda humanitaria a Gaza, asegurando el suministro de alimentos, medicamentos y bienes esenciales, incluso mientras su propio pueblo sigue esperando la liberación de los rehenes que Hamás aún retiene.
Conclusión: Simbad Buscaba la Verdad, Thunberg Navega en la Mentira
La historia nos enseña que los verdaderos héroes no son aquellos que buscan la aprobación del público con gestos teatrales, sino aquellos que enfrentan la realidad con integridad y perseverancia, que trabajan incansablemente por la verdad y la justicia. Israel, con su compromiso inquebrantable con la vida y la seguridad de su pueblo, sigue siendo el verdadero protagonista de esta historia, resistiendo tanto la violencia del terrorismo como la manipulación de la opinión pública.
Mientras Simbad navegaba por mares desconocidos buscando construir algo nuevo, la flotilla de Thunberg navega sobre un mar de distorsiones, pretendiendo “ayudar”, sustentado en una madeja de odio, entretanto contribuye a la desinformación, su objetivo es claro: dividir y manipular.
Simbad, a pesar de sus riquezas y aventuras, reconoce que el verdadero poder y gloria pertenecen a lo Divino, en cuanto Greta ignora la realidad geopolítica y humanitaria del conflicto, promoviendo una visión unilateral que minimiza el papel de grupos terroristas como Hamás, y lo engrandece deseando que sea visto como la victima del conflicto, desconociendo su perversidad, su criminalidad, su satanismo.
«Israel extiende su mano en busca de paz, incluso cuando el mundo responde con puños cerrados; su lucha no es solo por su seguridad, sino por la esperanza de un futuro donde la verdad prevalezca sobre la propaganda.»
Este concepto encapsula la resistencia de Israel frente a la adversidad, su compromiso con la paz y la constante batalla contra la desinformación y la hostilidad.
Así como Simbad lucho en los mares que navego. Israel lucha en los mares de la historia de la humanidad, para decir que de esta tierra nadie nos va a expulsar, como si lo hicieron en antaño, otros pueblos, regresamos a nuestra tierra, a nuestra casa, definitivamente.
Israel, fiel a sus principios, seguirá adelante, protegiendo a su pueblo, buscando la paz genuina y garantizando que la verdad nunca sea eclipsada por la propaganda, que está sustentada en patrañas y calumnias.
Rabino M.Ed. Ruben Najmanovich