Camp Liberty se encuentra en tierras iraquíes. Bagdad demora la llegada de ayuda médica y de comida. ISIS opera a pocos kilómetros de ellos. El peligro de quedar a merced del régimen iraní.
Antiguamente, una base militar norteamericana, Camp Liberty es ahora un campo de refugiados iraníes, quienes tratan de sobrevivir a peligros simultáneos al tiempo que quisieran regresar a su tierra natal. Considerados por el régimen iraní como «terroristas», los miembros del Pueblo Muyahidín de Irán, están allí olvidados también por el gobierno iraquí y acosados por el Estado Islámico, el grupo terrorista que está a las puertas de Bagdad.
La situación de los 2.700 sobrevivientes es desesperante. Saben que no pueden volver a Irán donde serían ejecutados de inmediato por el régimen de inmediato, ya que son perseguidos desde la revolución de 1979 que los expulsó. Sin suerte hasta el momento. Incluso, el año último, milicias iraníes incursionaron en territorio iraquí y asesinaron a varios de sus miembros.
Tampoco son ayudados por el gobierno central de Bagdad quien en los últimos días demoró la entrega de medicamentos clave para la supervivencia de algunos enfermos y de comida. En un comunicado reciente, «571 médicos y 1.463 personal médico de los hospitales iraquíes condenaron el asedio médico y logístico impuesta a los residentes de Camp Liberty, que están bajo la protección del derecho internacional, considerado como ejemplo flagrante de delito contra la humanidad».