Miles de personas están llegando al país en las últimas horas para participar en las elecciones de mañana y hacer valer un derecho que sólo pueden ejercer dentro de la geografía nacional.
Pocas horas antes de que se abran las urnas, miles de expatriados, según estimaciones, regresan al país para depositar el voto en unos comicios que muchos consideran particularmente importantes.
A diferencia de gran parte de los países de la Comunidad Europea o de Estados Unidos, que permiten a sus nacionales expatriados votar en diferentes elecciones, los ciudadanos israelíes que viven fuera del Estado judío tienen prohibido por ley hacerlo en el extranjero.
Sorteando impedimentos como el tiempo, la distancia y el coste de los pasajes, en vistas de que la compañía nacional El Al ha ofertado descuentos del 20 por ciento con motivo de la cita electoral, muchos electores se han desplazado al país.
Es el caso de Nomi Drachinski, de 34 años y residente en Madrid.
La razón de su viaje es una combinación de factores, pero finalmente ha aprovechado que podía adelantar su llegada sin coste adicional en su pasaje y aterrizará el mismo día de las elecciones.
«Viajo porque ha nacido mi primer sobrino y en teoría tenía previsto volar más tarde, pero finalmente pude cambiar el pasaje y lo hice así para poder votar», explica horas antes de tomar el vuelo con destino a Tel Aviv.
Profesora de hebreo y residente en la capital española durante año y medio, Drachinski reconoce que siempre ha considerado importante votar y que esta ocasión no lo era menos.
«Creo que si hubiera encontrado una oferta para volar, de todos modos habría hecho el esfuerzo de viajar para votar. Según se van acercando las elecciones existe las sensación de que algo puede cambiar, de que podemos promover un cambio», refiere.
Con todo, subraya el inconveniente de «tener que pagar dinero para votar», aunque asegura comprender «la lógica detrás de esto».
Dice conocer al menos a otros dos israelíes que viven en Madrid y que tampoco se perderán la convocatoria con las urnas.
Sobre cómo ve la política local desde fuera del país, afirma sentirse aliviada en cierto modo de poder «salvarse» de todo el ruido mediático y de largos debates de café.
Aunque no existen cifras oficiales sobre el número de israelíes que viajan al país para ejercer su derecho de voto, la cuestión ha despertado interés de muchos residentes en el extranjero, que han creado una cuenta en Facebook, que cuenta con casi mil seguidores y en la que estos «peregrinos de la papeleta» ponen en común sus sensaciones o cuelgan fotografías sobrevolando Tel Aviv.
Los medios también se hacen eco estos días de aquellos ciudadanos que llegan al aeropuerto Ben Gurión, próximo a Tel Aviv, para recabar cuál es el estado de ánimo del votante del extranjero.
El compromiso cívico parece ser la fuerza motriz de los viajeros, entre ellos el hijo del ex ministro de Finanzas Yair Lapid, que voló desde Singapur para poder votar.
«Esta es una gran oportunidad para hacer el cambio», afirma Yael Shapira, un jerosolimitano que trabaja en la Universidad George Washington y que votará por el partido de izquierda Meretz, según consigna el diario Haaretz.
Su compatriota Alan Teitleman, residente en Carolina del Norte (EEUU) y profesor de Ciencias Políticas, estará en Israel apenas 36 horas y ha cancelado dos día de clases para poder votar.
«Sería hipócrita si no votara», afirma este israelí de 29 años, quien aún no se ha decidido sobre si apoyará al Likud del primer ministro, Biniamín Netanyahu, o por otros partidos de centro.
Shaked Shafir, de la misma edad lleva ocho años en Alemania pero no lo ha dudado.
«Esta es la primera vez que vengo a votar en unas elecciones desde que me trasladé a Berlín», señala al digital Yediot Aharonot.
«Hay muchos israelíes en Berlín que están regresando para votar porque lo que sucede aquí es importante para ellos», consideró.
La capital alemana se convirtió en octubre pasado en paradigma del descontento con los altos precios de la vida en Israel cuando se abrió una página en internet en la que se apelaba a los israelíes a emigrar a Berlín, donde miles han encontrado su segundo hogar, y denunciaban las diferencias de precios con respecto a Alemania.
De acuerdo con datos de la Oficina Central de Estadísticas, se calcula que entre 549 mil y 582 mil israelíes residen actualmente en el extranjero, más de un cuarto de ellos en Estados Unidos, unos 25 mil en Canadá, 14 mil en Alemania, 13.500 en Reino Unido, más de 10 mil en Australia, 8.700 en Francia.
Otros centros que aglutinan a comunidades de israelíes incluyen Holanda, España, Suiza, Brasil, Chile y Ecuador.
Fuente: Aurora