Los argumentos del juez que votó a favor de la denuncia de Nisman

Eduardo Farah fue el único integrante de la Sala I de la Cámara Federal que consideró que tenía que abrirse la causa. «Cumple con el requisito mínimo de verosimilitud», sostuvo en su voto.
La Sala I de la Cámara Federal porteña desestimó, por mayoría, la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la presidente Cristina Kirchner por encubrimiento a los iraníes acusados del atentado a la AMIA en 1994. El juez Eduardo Farah votó en disidencia al considerar que «es iniciando la instrucción y dando curso a las medidas de prueba que devienen pertinentes que podrán esclarecerse todos los interrogantes en pie». El magistrado opinó que «negar su apertura no sólo es incorrecto, (sino que) contraría lo estipulado por la ley».
En su fallo, Farah advirtió que «ni la denuncia ni el requerimiento fiscal tienen por finalidad probar los hechos». En esa línea, cuestionó al juez Daniel Rafecas, de quien pidió su apartamiento, porque «hubiera correspondido darle curso, sin adentrarse en un análisis dogmático o probatorio propio de otras instancias, pero ello no se hizo, apartándose la decisión de la solución normativa prevista para el caso».
En otras palabras, sostuvo que habría que abrir la instrucción para que se investigue, puesto que «la hipótesis de la fiscalía, analizada en forma global y no fragmentada, cumple con el requisito mínimo de verosimilitud y es susceptible de ser investigada».
Incluso Farah cree que sería positivo investigar para realizar «un análisis de índole teórico» y «confrontar y evaluar los indicios», y porque, además, «con el curso de la pesquisa podrían presentarse alternativas diferentes a las planteadas por el fiscal y el juez».
«La decisión apelada veda inválidamente que se recorra ese insoslayable proceso de conocimiento», insistió. «Hasta tanto se avance en la búsqueda de la verdad, sólo quedan en pie los interrogantes que el caso ciertamente exhibe», agregó.
Farah opinó en su voto que en los hechos de «significativa gravedad institucional», como la denuncia de Nisman, «es preciso recabar las evidencias del modo más rápido posible, para que sean presentadas y argumentadas en un acto público, como es una sentencia judicial». Al respecto, observó que «ya se perdió demasiado tiempo para instruir la causa como correspondía».
Sobre el final también se refirió a los documentos que Nisman había dejado firmados en una caja fuerte de la Unidad Fiscal AMIA y que el magistrado reconoció que «su contenido -a primera vista- no es compatible o coherente» con la denuncia.
«Me limitaré a decir sobre ello que tengo la seguridad de que no están dadas las condiciones para dar una explicación definitiva a esa situación, cuando no se conocen aún, fehacientemente, los pormenores de la factura de tales instrumentos, las razones de su conservación en caja de seguridad y no se han obtenido todavía el resto de las probanzas a que antes aludí con las cuales confrontarlos», concluyó.

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