El primer ministro, Biniamín Netanyahu, fue criticado tras comprometerse con medidas educativas y sociales que tendrán un alto coste económico a cambio de asegurarse el apoyo de los grupos ultra ortodoxos a su Ejecutivo.
«Netanyahu está traicionando los valores del campo nacional y vende todo lo que es importante para el Estado de Israel, criticó Yair Lapid, líder del partido centrista laico Yesh Atid y ex titular de Finanzas durante una protesta en Tel Aviv contra dichas concesiones, informó el diario Yediot Aharonot.
Los reproches llegan horas después de que Netanyahu accediera a respaldar un controvertido plan de eliminar el 18 por ciento del IVA de productos alimenticios básicos y que constituye la principal demanda que el partido ultra ortodoxo sefaradí Shas pide para apoyarle con los siete escaños que obtuvo en las elecciones del pasado 17 de marzo.
Aunque ambas partes han llegado a un entendimiento, ningún acuerdo oficial ha sido rubricado aún.
Quitar el IVA sobre productos básicos como la leche o el pan causará al Gobierno pérdidas próximas a mil millones de shekels (250 millones de dólares), afirma el diario Haaretz.
En este sentido, el periódico apunta que diversos economistas, el Banco de Israel y el que será el próximo ministro de Finanzas, Moshé Kahlón, se han mostrado contrarios a la medida, no así otras voces que creen ayudará a reducir la pobreza.
Además, recientemente, Netanyahu firmó con el partido ultra ortodoxo askenazí Judaísmo Unido de la Torá su primer acuerdo de coalición para la formación de su ejecutivo, que pasa por rescatar privilegios históricos para esta comunidad, especialmente en el ámbito de la educación y que habían sido anulados en la anterior legislatura.
Lapid denunció la gran partida de los presupuestos generales, aún por aprobar, que será transferida a las escuelas rabínicas y a la concesión de beneficios a ultra ortodoxos y que algunas fuentes elevan hasta otros dos mil millones de shekels, señaló el Yediot Aharonot.
También el miércoles Netanyahu cerró su pacto con el grupo de centro Kulanu (liderado por Kahlon), lo que le sitúa a 15 diputados de los 61 necesarios para la mayoría absoluta en la Kneset (parlamento).
Ahora dispone de menos de una semana para finalizar las negociaciones con las formaciones que obtuvieron representación parlamentaria en los comicios y espera le acompañen en el que será su cuarto gobierno: Shas y los nacionalistas religiosos Habait Haehudí (Hogar Judío) e Israel Beitenu.
Fuente: Aurora