La Knéset (Parlamento) aprobó la llamada «Ley noruega» en una votación de 64-51. La polémica ley permite que los ministros y viceministros del Gabinete renuncien a sus escaños en el parlamento con el fin de abrir lugares para otros miembros del partido. Esta ley es como un salvavidas para el gobierno, que se sostiene con sólo 61 diputados, con problemas de gobernabilidad ya que si un ministro viaja o se enferma, no hay quien cubra su lugar para conseguir el quórum necesario para votar una ley cualquiera.
Tras la aprobación de la ley, se espera que el ministro de Educación Naftali Bennett (Habayit Hayehudí) renuncie a su banca en la Knéset para abrirle camino a la diputada Shulamit «Shuli» Mualem-Rafaeli.
También se estima que el ministro de Economía Aryeh Deri (Shas) dimita de la Knéset para dar paso a Avraham Michaeli. También se espera que el ministro de Finanzas Moshe Kahlon (Kulanu) y el rabino Meir Porush (Judaísmo de la Torá) anuncien también su dimisión de la Knéset.
Hasta ahora no está claro que si alguno de los ministros del Likud renunciaría a la Knéset. La ley no obliga a nadie a renunciar, sólo les permite a los integrantes del Gabinete hacer lo que les convenga.
La preparación de la ley se completó después de que el proyecto de ley fuera modificado sustancialmente. Entre los cambios realizados se incluyó la redefinición de la ley como una resolución de orden temporal, lo que significa que sólo se aplicará a la actual Knéset.
Fuente: Aurora