El vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv e investigador y conocedor del peronismo Raanan Rein; quien escribió varios libros sobre este movimiento, dialogó en exclusiva con la CADENA JUDÍA DE INFORMACIÓN VIS A VIS luego de la presentación que se llevó a cabo en el Museo de River por su libro «La cancha peronista» sobre los mitos populares que se construyeron sobre la relación entre el peronismo y el judaísmo. Además el miércoles que viene presentará su nuevo libro «Los muchachos peronistas judíos» en la UADE y en la Universidad Torcuato Di Tella.
– ¿Cómo nació su pasión por el peronismo?
– Yo empecé mis estudios en la Universidad de Tel Aviv sobre la historia de España, y una vez que que tenía que elegir un tema para mis tesis doctoral opté por las relaciones entre el Franquismo y el peronismo. Allí por los años 80`me fui con mi mujer a trabajar un año a ese país investigando en los archivos, y luego vine un año más a la Argentina a los distintos centros de documentación. Una vez que pise tierra argentina estaba bien claro que iba a dedicar el resto de mi carrera académica a estudiar la historia de su país y el fenómeno político, social y cultural, quizás más importante de la segunda mitad del siglo XX argentino. Cómo vi que había muchos temas para investigar que los argentinos no los habían explorado decidí profundizar más.
– ¿Qué relación tuvo el peronismo y el judaísmo?
– Existe está suposición común acerca de la hostilidad de la comunidad judía hacía el peronismo. Es una imagen falsa y distorsionada. En mis estudios pude comprobar que de hecho la colectividad judía estaba dividida al igual que la sociedad argentina en su conjunto.
Muchos judíos sí apoyaban al peronismo desde sus inicios. Había argentinos judíos en el movimiento obrero y sobre todo en sindicatos como la Unión Ferroviaria o la Confederación de los Empleados de Comercio, intelectuales judíos como César Tiempo, hombres de negocios como Jaime Yankelevich, el rey de la radio y que luego comenzó con la televisión. Mucha gente común no afiliada a las instituciones comunitarias. Así que este mito acerca de la desconfianza de «todos los judíos» hacía el peronismo no tiene una base real. Es cierto que algunos judíos sí mantenían posiciones anti-peronistas por su clase social, origen político-ideológico, lazos personales o profesionales, y no necesariamente por razones éticas.
– El gobierno de Perón hizó mucho hincapié, en la primera etapa sobre la importancia del deporte, ¿Considera que el deporte hizo fuerte al peronismo?
– Sin ninguna duda la política peronista en materia del deporte ha logrado movilizar el apoyo de sectores amplios de la sociedad argentina. No es la razón principal, pero es uno de los puntos de la popularidad del régimen peronista. El Estado argentino durante el peronismo invirtió más dinero en el deporte que cualquier gobierno anterior, pero logró conseguir créditos y éxitos gracias a este apoyo, sobre todo, en la escena internacional en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948, Mundial de Basquet que se celebró en 1950, en los Juegos Panamericanos de 1951. Así que Perón dio mucho al deporte, pero el deporte le dio mucho a Perón.
– Por estos tiempos en la Argentina la gente, en su gran mayoría, repite el discurso de «yo no me quiero pegar con los peronistas» pero aún así este movimiento sigue teniendo vigencia ¿Por qué sucede esto?
– Mientras siga la brecha social tan profunda en la Argentina, muchos sectores van a seguir buscando un movimiento político y unos políticos que prometan la redistribución de la riqueza nacional a favor de los sectores más necesitados. En eso radica la supervivencia de este movimiento, así que me parece que van a tener el peronismo, en una forma u otra, por muchos más años.