El Museo del Holocausto anunció a través de su cuenta de Facebook que ayer falleció la sobreviviente Sabina Feinkind que a los 14 años vivió el horror de la maquinaria nazi cuando invadieron Polonia.
La historia de Sabina tiene muchas similitudes con la de otros sobrevivientes: familias felices que vivían plenamente en Polonia y que por el ascenso de Adolf Hitler al poder sus derechos se vieron cada vez más cercenados y limitados solo por el hecho de ser judíos.
Esta sobreviviente vivió en un pueblo llamado Garwolin, a cincuenta kilómetros de Varsovia la capital de Polonia. Cuando los nazis invadieron ese país, ella tenía doce años y recién había terminado el colegio primario. Los nazis los obligaron a trasladarse al ghetto de Varsovia, a partir de allí Sabina vivió el horror de ver cómo los treinta y cinco miembros de su familia fueron asesinados de diferentes formas.
En 1924 fue trasladada junto a sus dos hermanos, los únicos que quedaban vivos hasta el campo de exterminio de Treblinka, pero el tren se paró en un lugar y ella pudo escapar hacía los bosques en los que pasó un par de años. Luego de varios periplos que le tocó afrontar en su huida de los soldados nazis terminó en Checoslavaquia, dónde fue hallada por los rusos y los aliados en condiciones infrahumanas. Luego la trasladaron a un hospital en Munich donde fue intervenida quirujicamente, en varias ocasiones, por el grave detrioró de su salud. Estas intervenciones le provocaron que no pueda tener hijos. Cuando se recuperó realizó el curso de enfermera y atendió a otros sobrevivientes que iban llegando a ese hospital
Su llegada a la Argentina fue otra odisea. Recordó que tenía una hermana de su madre que vivía en Argentina, así que en el barco con bandera yugoslava «Le Havre» arribó a puerto uruguayo y allí estuvo seis meses viviendo en la casa de una familia. Un hombre iba a trasladar a un grupo de sobrevivientes hasta la ciudad de Concordia, Entre Ríos, pero una camioneta de Gendarmería los intercepto y los llevó a la cárcel. Sabina con 20 años volvía a vivir un nuevo horror, pero luego de un tiempo llegó a la Argentina.
En una entrevista que publicó Página 12 en el 2008 con Feinkind aseguró: «Hasta el día de hoy lo pienso y no lo puedo entender. Soy una persona creyente, que ama a todo el mundo; amo al prójimo, amo al hombre al que hace un rato le llevé algo de comer y que está siempre en la esquina. Y con todo el dolor del alma digo que no guardo odio ni rencores. A pesar de todo, no quedé envenenada. Creo que Dios me salvó entre seis millones para que yo cuente, sobre todo a la juventud, lo que pasó durante esos seis años, entre 1939 y 1945, para que nunca más vuelva a suceder. Porque, le repito, fue una masacre tremenda y despiadada»
A continuación compartimos la entrevista que se publicó en Página 12, el 20 de abril de 2008, en la que Sabina relata su historia de vida:
https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-102743-2008-04-20.html