Al menos 207 personas han muerto, entre ellas 35 extranjeros, y unas 450 han resultado heridas este domingo tras una serie de atentados en varios hoteles de lujo e iglesias de la República asiática de Sri Lanka.
Todas las explosiones ocurrieron hacia las 8:45 horas en al menos tres hoteles de lujo en Colombo y también en un iglesia de la capital, otra en Katana, en el oeste del país, y la tercera en Batticaloa, en el este de la isla, informó a Efe el portavoz de la Policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekara.
El presidente de Israel, Reuven Rivlin, publicó un mensaje en su cuenta de Twitter diciendo que los ataques eran un «crimen detestable». Rivlin enfatizó que «todos somos hijos de Dios, un ataque contra una religión es un ataque contra todos nosotros».
Los hoteles de lujo donde se han registrado las explosiones son el Kingsbury Hotel, el Shangri-La y el Cinnamon Grand Colombo, todos en la capital.
Sobre las 11:00 de la mañana, se registraba una nueva explosión en un pequeño hotel cerca del jardín zoológico nacional de Dehiwala, a 10 kilómetros al sur de la capital.
Una nueva explosión, la octava del día, se produjo pocos minutos después en un complejo de viviendas en Dematagoda, en Colombo.
Ante esta situación, entró en vigor un toque de queda indefinido. De igual forma, se bloquearon las redes sociales para contrarrestar información falsa. El Gobierno ha declarado el estado de emergencia.
«Por favor, permanezcan en calma y dentro de las casas. Hay muchas víctimas, incluidos extranjeros», aseguró en Twitter el ministro de Sri Lanka para las Reformas Económicas y la Distribución Pública, Harsha de Silva, tras visitar varios de los primeros lugares atacados.