En vísperas de Rosh Hashaná, durante al menos tres semanas se restringirá la circulación de personas, cerrarán las escuelas y se limitará el trabajo presencial. Excepciones, datos, disculpas oficiales y la advertencia de un endurecimiento de las medidas para combatir el COVID-19.
A las 14 horas del viernes 18 de septiembre el Estado de Israel inició una dura etapa de su lucha contra el coronavirus: como ocurrió al inicio de la pandemia, comenzó a aplicarse un cierre general de al menos tres semanas.
La medida original, anunciada la semana pasada, establecía un límite de circulación para los ciudadanos de hasta 500 metros de los hogares. Pero ayer, a último momento, un Comité de Legislación de la Knesset resolvió ampliar ese máximo a mil metros. Dentro de esos límites, en espacios cerrados se podrán reunir hasta diez personas y en lugares abiertos se podrán convocar hasta 20.
Los exceptuados a esta restricción de circulación serán los trabajadores de empresas esenciales o sin atención al público, quienes trasladen a hijos de padres separados, las compras de productos esenciales, servicios médicos y asistencia a terceros.
Gimnasios, piscinas, comercios no esenciales, actividades culturales, recreativas, esparcimiento y turismo interno también estarán prohibidos en Israel durante las próximas tres semanas. Los restaurantes, en tanto, podrán trabajar solamente con la modalidad de entrega de comida a domicilio, sin atención al público ni servicio de take-away. El sistema educativo, por su parte, cerró sus puertas el jueves.
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La práctica deportiva y en el mar estará permitida de manera individual. Debe ser con personas que vivan en el mismo domicilio. También dentro del kilómetro de circulación permitido. En los automóviles privados se podrán subir hasta tres personas, incluido el conductor. El transporte público se reducirá a un 50% de su operatividad.
En vísperas de Rosh Hashaná, la celebración del año nuevo judío que comenzará esta noche, ayer las principales rutas de Israel colapsaron. Había miles de automóviles con personas que viajaban a casas de familiares para pasar la fiesta. Según la normativa estos miles de israelíes deberán atravesar todo el cierre general en el domicilio en que los encuentre el inicio de la medida.
La medida empieza a regir el mismo día en que se registró un récord de pacientes con COVID-19 que requieren asistencia de respiradores artificiales. En ocasión de la celebración de Rosh Hashaná, esta noche el cumplimiento de las pautas estará a cargo de 7 mil policías distribuidos en 38 puestos de control de tránsito.
El jueves a la noche, pocas horas antes de la aplicación del cierre general, el primer ministro Benjamín Netanyahu advirtió que analiza un endurecimiento de las restricciones en función de los preocupantes datos de mortalidad. «Es posible que no tengamos más remedio», dijo.
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